jueves, 16 de febrero de 2012

Last days before Istanbul.

Fueron días de preparativos para el viaje y despedida en nuestro restaurante del Matongé donde nos conocen ya. El hombre cuando nos vio nos dijo "Ohhh ça va??".
El domingo cogí el bus dirección París por la tarde. Llegué por la noche y estuve cenando con Berta y sus compañeras de piso.
El lunes quedé con Max que estaba también por París y nos pasamos el día juntos: quedamos en Notre-Dame, dimos un paseo, comimos una crêpe del barrio latino en les Quais de la Seine al lado de Notre-Dame, nos fuimos a la Tour-Eiffel, a Trocaredo, estuvimos paseando por toda esa zona... De allí fuimos hasta la Torre Montparnasse, subimos y vimos lo que podíamos (no hacía muy buen tiempo así que veíamos muy bien desde allí arriba)... y acabamos en el cine. La verdad es que pasamos un muy buen día porque nunca habíamos pasado tanto tiempo hablando.
Cenamos en un Pub canadiense la poutine, plato típico de Quebec. Y os preguntaréis ¿qué es la poutine? Pues bien, un plato que se come con cubiertos de: patatas fritas con queso, una salsa de carne por encima y, si quieres, le añades ketchup. Pues sí, deja mucho que desear que el plato típico de un país sea eso, ¿no? (Vale... y yo estoy en el país de las frites). Aunque, la verdad, como guarricosa estaba buenísimo. Eso sí, acabas con una bomba en el estómago. Le pregunté "Pero Max... ¿esto es algo que hace tu abuela?" (Porque me imaginaba a mi abue haciendo sus grandiosos potajes y a la abuela de Max haciendo esas patatas fritas.) pero me dijo que es algo "que suelen comprar". No sé, al fin y al cabo son yankis.
En fin, en casa de Berta pasamos un rato riéndonos con sus compañeras de piso y más gente que había por allí. Y a la cama prontito que al día siguiente me iba dirección... ¡¡¡ESTAMBUL!!!

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