miércoles, 30 de noviembre de 2011

Dimanche: Marché, Cinéma et Concerts.

El domingo por la mañana (más bien la mediodía...) fui con Valérie al Marché du Midi ya que lo quería conocer y así hacíamos más quedadas Tandem.
El problema fue que cuando nos dimos cuenta estábamos bajo una tormenta pero bueno, nos estuvimos refugiando bajo algún stand de los más grandecitos.


Estuvimos esperando a Emil, que iba a venir con nosotras, pero llegó justo cuando nos íbamos: apareció con toda la cara de dormido, con su bolsa para hacer compras, su gorro y mojado. ¡Estaba hecho un cuadro! Pero nosotras nos fuimos porque acabamos corriendo por el mercado hasta llegar a la boca de metro por la lluvia.
Normalemente, íbamos a ir al Mercadillo de Navidad al centro pero con el bonito día que se puso, decidimos comer algo e ir al cine. Vimos Tintín y no me pareció tan tan horrible como la pintaban, la verdad. A ver... no es genial pero está entretenida y bien para pasar el rato, aunque por supuesto me quedo con los cómics y películas de los dibujos.
Por cierto... había que pagar para ir al baño del cine, ¡terrible! Y tuvimos esa buena suerte de llegar, comprar las entradas, salir a buscar algún sitio para comer y ver el cielo despejado. B I E N. Pero bueno, ya teníamos las entradas así que entramos.
La verdad es que fue bien, porque hablamos de muchas cosas y muy distintas, una pena que solamos tener problemas de horarios pero bueno, espero que sigamos quedando cuando se terminen las quedadas tandem.

Después del cine, me vine para casa, comí algo y salí porque tenía los conciertos en Botanique. Esta vez, mi acompañante fue Marco. Tras un pequeño problema porque no aparecía en la lista de invitados, pudimos entrar. Se trataba de una serie de cinco conciertos en dos salas de Botanique, así que cuando terminaba uno, íbamos todos en procesión hasta la siguiente.
Una sala era como un pequeño auditorio donde te podías sentar en plan teatro romano, pero bastante pequeño. La otra era más sala de conciertos de cualquier sitio. Los grupos... la verdad... Bueno, voy a admitirlo: nos fuimos antes de que acabaran porque no podíamos más. Los grupos eran un poco... no sé... moñas, para dormir, ruido... "modennos indies" pero no nos llegaron a convencer. Sólo Scott Matthew y una canción, porque el resto era bastante triste también.

En fin, tuvimos la suerte de salir y que pasaba el último tranvía así que nos fuimos cada uno a casa, mandándonos mensajes para no quedarnos dormidos durante el camino debido a la hipnosis que llevábamos de los conciertos. Ouuuuuuuuuch.

Samedi: Noël est arrivé à Bruxelles :)

El sábado me desperté sobre la una... pero salí a la cocina pensando en que Sara llevaría mucho tiempo despierta y me encontré con la sorpresa de que se había despertado hace muy poco también.
En fin, nos pusimos de tareas domésticas y culinarias (¡hice crema de coliflores!) y a recoger nuestros cuartos y tal.
A cierta hora que me entró hambre, bajé a por unos kebaps de debajo de casa para comer las dos (ahora es cuando se hace la típica broma "qué va, qué va..."). Los chavales del kebap me hacen mucha gracia porque son como los típicos canis-fashion-buena gente con su pelo engominado y tal... pero que sonríen y son simpáticos, no como otros morunos a los que te entran ganas de pisarles la cabeza.

Y, por la tarde fui con Ire al Teatro National de la Wallonie a un teatro que teníamos de Soundpainting. Nos gustó, sobretodo por los sonidos que hacían con los instrumentos pero había unos actores que se movían con el ritmo de la música y suponemos que contaron una historia pero nuestro nivel intelectual no llega a saber realmente cuál era la historia... Simplemente, nos gustó.
Para que os hagáis una idea de qué es el Soundpainting, pongo un video.


El teatro fue en el Théâtre National de la Communauté Wallonie, el edificio es muy guay porque había como un bar y parece que la gente va allí a tomarse simplemente algo mientras tienen al lado una exposición de fotos, por ejemplo. Estaban todos los intelectuales y modennnos belgas y muy buen ambiente. Nos lo hemos apuntado para volver algún día a pasar un rato allí simplemente.

Tras el teatro, me fui para la Grand Place donde vería a Dani, Alfonso, un amigo de Alfonso y Anna y su amigo Marco para ver el espectáculo de las luces de la Grand Place : http://visitbrussels.be/bitc/minisite/content/displayDetail/group/CONTENT/id/7090.do
Estuvo bien, todo era muy navideño, como yo digo. Después nos dimos una vuelta por St Cathérine, donde estaba el Marché de Noël y tooodo el mundo porque estaba Bruselas entera en la calle. Nos encontramos a casi todo el mundo que había salido para descubrir Bruselas en Navidad. El mercadillo de Navidad está bien pero volveré un día en el que estén los puestos abiertos porque a la hora a la que fuimos, estaban la mayoría cerrados y los pocos abiertos, estaban cerrando.


Andando, llegamos sin darme cuenta a una calle a la que quería ir ya que el artista Cédric Le Borgne la ha decorado durante un mes con esculturas de... alambre con luz. Están puestas por la calle en plan: una sobre un frontón de un edificio, otra volando, otra andando en el aire, otra sentada sobre otra parte de la calle... Muy original y una bonita forma de decorar la calle con Arte... aaaaaah la vida cultural en Bruselas.


Después de dar una vuelta, Dani y yo decidimos volvernos a casa porque estábamos cansados y con el fresquibiri que hacía, tampoco apetecía estar mucho por la calle.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Vendredi.

El viernes fui por la mañana a unas conferencias obligatorias para la clase de literatura de las que sólo se habló 10 minutos sobre literatura... Y era un profesor de la Universidad de Montréal hablando un poco sobre una obra...
Al menos tenía justo detrás la mesa con la comida y pude coger zumo de naranja y speculoos.

Tras ese desastre de conferencias, me cogí el tram hasta casa pero me paseé antes por el mercado, ¡ya que era viernes por la mañana!


Comí y la verdad es que vagueé bastante: estuve hablando con Marina, con la que hacía un montón que no hablaba y me quedé en casa vagueando muucho... Pensando en "antes de salir a la fiesta en casa de Patri y Antonio ceno en casa de Ire y tranquilamente tiramos hacia allí..." Y tan tranquilamente, cuando me di cuenta eran las ocho y pico y recibí un sms para estar en casa de Irene en menos de una hora (su casa está como a unos 40min de la mía) y me tenía que duchar y lavar el pelo... MEEEEEEERDE!
En fin, tras correr mucho salí en dirección a casa de Ire y de allí nos fuimos hasta El culo del mundo, también conocido como el barrio de Uccle, donde era la fiesta.
Pensé que iba a ser como la otra, inundada de españoles pero, a no sé qué momento de la noche... eso se empezó a inundar de ¡guiris!
Se convirtió en la típica fiesta de película llena de gente... y de guiris, ¡no sólo de españoles! De hecho, veo que llega Emil y le solté un "Mais tu fais quoi içi???", porque que yo sepa, no conocía ni a Patri ni a Antonio y, efectivamente, venía como "amigo de amigo blablabla". Lo bueno que tuvo la noche es que vi a gente a la que hacía mucho tiempo que no veía, con la tontería de "amigo de amigo". Y fue muy bien, no hubo el típico desastre típico de película.
Estaba también Anna con un amigo que ha venido a pasar unos días y era bastante gracioso porque su amigo no habla francés y el inglés muuuy poco así que: él hablaba en italiano y yo en español o chapurreaba alguna frase en italiano. ¡¡Para vernos...!!

¡Emil!

En fin, como estábamos en el culo del mundo, íbamos a esperar a coger el primer tranvía de la mañana pero como también estábamos bastante cansados... Anna, su amigo y yo nos cogimos un taxi que acabamos compartiendo con un belguita que estaba buscando a gente con la que coger un taxi.
Y bueno... llegar a casa y caer en la cama hasta la mañana siguiente, o más bien, medio día siguiente...
La noche estuvo muy guay, sobretodo por el buen ambiente que había... ¡y la de gente que fue al final!















domingo, 27 de noviembre de 2011

Jeudi: journée africaine.

El jueves recibí por la mañana un email de Pilar ofreciéndome entradas para algunos eventos para ese fin de semana así que estuve investigando... y pedí entradas para tres cosas. Una de ellas era el jueves.

Así pues, el jueves quedé para comer con Ire en el Matongé, ¡el barrio del Congo! Teníamos muchas ganas de ir a un restaurante que vimos un día y nos pareció que tenía buena pinta.
Quedamos en la bonita Place de Londres y fuimos dando un paseo. El restaurante tiene las mesas de fuera pintadas con mapas de África con muchos colores y por dentro tiene decoración muy africana con cuadros y tal. Pedimos, aunque no estábamos segura de qué habíamos pedido y este fue el resultado: una especie de rollitos de primavera pero con carne y légumes por dentro; y una especie de guiso con cebolla, guisantes, zanahorias, pollo... y arroz de acompañamiento. Bueno, compartimos los platos y no estaba mal, aunque nos gustaba más lo que el resto de la gente tenía en sus platos: no hicimos la mejor elección pero bueno, para la próxima.
Nos volvimos a su casa dando un paseo ya que me iba a salvar... me iba a ayudar a hacerme el bigote. Estaba empezando a tener complejo de Cantinflas pero gracias a la supercera caliente del Hacendado (Oh Mercadona, ¡pensamos mucho en ti!), el complejo se acabó. Fue el típico momento de película americana en el que a las dos chicas les entran ataques de risa al hacer el salón de belleza. La diferencia era... que nosotras no íbamos de americanas y los ataques de risa era de pavo real y verdadero al verme con el pegotón de cera e Ire diciéndome "¿segura de que no quieres tirar tú?".
Así que después de un ratito, salí de casa de mi gran amiga como nueva.

Volví a casa, merendé y salí porque había quedado con Maddi para un té en el Bar du Gaspil, à côté de St Servais, antes de ir... ¡a un concierto de música africana!
Era en el centro cultura del Etterbeek, nunca había estado y es en una calle superbonita. Me recordaba a un decorado de película o algo así porque era peatonal, con los edificios bonitos y restaurantes y eso...
Así que allí fuimos al Espace Segnor donde pedi mis invitaciones a un chico bastante gracioso, de hecho nos entró la risa a todos sin saber muy bien porqué.
Subimos a la sala del concierto y allí estaba: Bako Dagnon. Se la considera como la Aretha Franklin de música africana.
La señora era muy graciosa, se movía al ritmo de la música con movimientos muy "africanos". digamos. Y cuando te dabas cuenta, estabas junto a todo el mundo moviéndote un poco en modo "africano". La sala del concierto esra muy bonita: así tipo teatro con asientos que llegaban hasta el escenario (los elevados), así que había gente justo encima del escenario apoyados. Hacía sentir como que estábamos todos entre amigos. Había canciones que las cantaba como si estuviera contando una historia, entraban ganas de saber de qué hablaba exactamente.


De hecho, me di cuenta más tarde de que conocía una canción del grupo por un CD que tengo de música africana, ¡me hizo bastante ilusión!
Sus canciones cuentan historias de la tradición pero también tiene canciones protestas creo... Suena a muy típico pero es así.

Salimos del concierto y nos cogimos el autobús hasta casa, ¡y menudo fresquito se estaba levantando!

sábado, 26 de noviembre de 2011

Lundi, Mardi et Mercredi de repos.

El lunes fui para clase y luego tenía que hacer la compra, hablé con Gemma y acabamos las dos en el Macro comprando cuales maris. Sí, tuve que dar dos viajes para subir todas las cosas: tenía reservas para un montón de tiempo para ¡cremas, sopas y cosas calentitas!
El Macro resulta que está en un barrio "conflictivo" de Bruselas. Es un barrio flamenco, donde todo está en flamenco y, de hecho, te hablan en flamenco. Es la primera vez que veía a tanto belga junto en Bruselas. Se ve que las Comunes en principio dejaban a los wallones tener los escritos y documentos en francés "hasta que aprendieran flamenco" pero cada vez están más restrictivos y les hacen la vida imposible. Es uno de los barrios que piensa que Bruselas es la capital de Flandes y no de ... Bélgica. Y se ve que es por Comunes de barrios así que Bélgica no tiene gobierno, porque nunca se pondrán de acuerdo para negociar. Pero bueno... ¡por ahora sin gobierno les va bastante bien!

El martes chute de clases y poco más, aunque no tuvimos Instituciones Europeas.

Y el miércoles me desperté tarde y me fui para la lavandería. Es que... cuando me di cuenta... me había quedado sin ropa interior así que se tornó necesario el ir a la lavandería. Esta vez no me encontré a ninguna Mamadou, no como la última vez. Había una señora negra enoorme que hablaba con todo el mundo. La típica negra que nos imaginamos de película... pues eso. Que empezó a hablar conmigo y entre que mezclaba idiomas y tal... ¡no me enteré de nada! Me dijo que le gustaba mi chaqueta y luego algo sobre las uñas creo... pero para mi que no la entendí.
Pero no, este miércoles estaba el típico señor con cara de amargado y típica señora con las cosas para la secadora.

Louvain - Lovaina.

Como ya digo, fueron días sin nada remarcable ¡ya que me tenía que poner buena de una vez!

viernes, 25 de noviembre de 2011

Voyage à Göteborg! 18-20 nov

El viernes me desperté temprano y salí con Sara dirección al metro para ir hasta Midi para coger el autobús para el aeropuerto de Charleroi, mi segunda casa.
Allí estaba Marco, nerviosito perdío para coger el autobús para irnos.

Porque... este viaje empieza unas semanas antes estando yo en casa por la tarde en train de lire. J'ai reçu l'appel de Marco:
- Martush, tu fais quoi?
- Euhh lire, pourquoi?
- Ok, je vais te proposer un truc. Tu fais quoi le weekend du 18novembre?
- Je crois que rien... pourquoi?
- Je te propose une nouvelle aventure: si tu veux, cherches de billets et s'il y a pas chers... achetes-les sans me dire la destination... et ce sera une surprise! Ça te dit?
- hahahahhahaha bah ok... pourquoi pas?



Llegamos al aeropuerto, pasamos los controles y: perfecto. No sale nuestro vuelo en la pantalla. Bueno, no pasa nada, nos quedamos esperando en unos bancos hasta que salió.
Ya en la puerta de embarque, Marco no paraba de mirar a la gente "Suède? Norvège? Afrique?" y momentos más tardes, por culpa de un fallo de ordenador, descubrió el destino. Su reacción fue bastante buena: dar saltos y abrazos.
El vuelo fue bien aunque por culpa de mi resfriado me quería arrancar las orejas. Llegamos al aeropuerto, que estaba al lado de un bosque,  y tuvimos que esperar un ratito a que llegara el autobús que nos llevaba a la ciudad.
Primera impresión de Gotemburgo: bonita, gente muy grande y rubia, y fresquito. El albergue estaba genial: parecía un minihotel antes que un albergue de jóvenes (si es que estos suecos...) y, por supuesto, todo era de IKEA. Ya era como un juego: mirar algo y decir... ¡Ikea! Y ponernos a buscar el sello de Ikea por algún lado.
Compramos algo para alimentarnos en un supermercado de al lado y salimos luego rumbo a la Haga y al centro de la ciudad. Lo malo es que se hacía de noche muuuuuuy pronto y que a 18h, ¡hasta las cafeterías cerraban! Pero bueno, estuvimos dando un rodeo por allí. Todo muy bonito, la ciudad es muy agradable y pequeñita. Marco dijo que le gustaba hasta más que Bruselas...¡¡poca broma con esos comentarios!!

Nos recogimos pronto para despertarnos al día siguiente para continuar explorando la pequeña Suecia. Conocimos a nuestr@ compañer@ de habitación, ese ser tan extraño y grande que no se movía, con las manos metidas en los bolsillos de su chaquetón y miraba hacia la ventana. Marco decía que era un hombre, y yo que era una mujer. A la mañana siguiente nos lo cruzamos por el pasillo y oímos su voz porque un chaval del albergue lo acompañó hasta la habitación y le abrió la puerta, no sabemos porqué, y oímos su voz... pensamos que era una mujer. Menos mal que desapareció y no la volvimos a ver.
El desayuno en el albergue consistía en cosas muy suecas (muy supermercado del Ikea) con cosas extrañas. Había desde galletitas de jenjibre hasta bollos extraños, embutido extraño, mucho queso, y "caviar" que la gente se lo echaba en el pan. Supongo que era una especie de mermelada pero venía en tubos como de pasta de dientes. Muy raro... Y no me entendía con el microondas, Marco me tenía que calentar la leche... Lo único que no me parecía lógico.
Eso sí, todos los platos, tazas, cubiertos, bandejas... IKEAAAAAAAAAAAAAA. Quisimos buscar un Ikea para ir, madre mía ¡un Ikea en la tierra de los Ikeas!, pero estaba a las afueras, cosa que no nos gustó nada. ¿¿Por qué?? Deberían tener una central ahí en la ciudad.
Bueno, cargados de energía nos dispusimos a salir a pesar de que el cielo estaba bastante feo... Fuimos al centro para verlo de día y "con vida". Dato remarcable: hay un montón de tiendas de música. Supongo que es por el frío, ¿no? Me suena haber visto en un reportaje que, debido al frío en invierno y al no poder hacer nada, los suecos o los habitantes de algunos países de estos nórdicos, eran muy buenos músicos, ¡porque no pueden hacer otra cosa en invierno! Buscan distracciones...
Hay una zona muy chula del centro, bueno, más bien del barrio de la Haga, donde hay muchas tiendas de antigüedades y librerías de segunda mano. De hecho, es lo que sale en la foto:






H&M hay en cada esquina también, ¡porque viene de allí! Y efectivamente, entramos en uno (un par). Y comprobé que las típicas cosas feas y cutres que hay que nadie se prueba, aquellas de las que comentamos "las suecas se vestirán así"... Sí, efectivamente, todo ese tipo de ropa se lo prueban por allí. De hecho, los maniquís de los escaparates van vestidos así.
Fuimos a la Catedral, que está en medio de las calles del centro de tiendas, y no es muy bonita la verdad. Lo mágico fue entrar dentro y que hubiera un coro cantando. Se ve que allí aquello es habitual. Tras seguis investigando el centro con sus edificios bonitos y observar a los suecos (GRANDES y las chicas guapísimas), fuimos en busca del Liseberg, un parque de atracciones muy famoso donde se supone que estaba el mercadillo navideño. Estaba un poco lejos del centro, pero fuimos andando para conocer mejor la ciudad (y porque al fin y al cabo... la ciudad no es que fuera muy grande).
Pasamos por boulevares muy grandes y bonitos, y llegamos a la puerta del Museo de Bellas Artes ¡donde había una exposición de Frida Kahlo! Pero, sinceramente, yo estaba tan emocionada por ir a un mercadillo navideño en un país tan nórdico... que no entramos ( y sí, ahora me arrepiento).

En fin, llegando al parque de atracciones, encontramos N I E V E. Pero era una montañita en medio de una calle... Mi reacción fue gritar "NEEEEIGE!!!", nos tiramos un par de bolas de nieve y Marco me hizo subirme en la montañita para que se vea que he visto la nieve. Parecía una paleta que nunca había visto la nieve, lo digo muy en serio. Lo que aún no sé es de dónde salió esa montañita de nieve... quizás para turistas como yo que vamos a países nórdicos a finales de noviembre para ver la NIEVE...


Otra cosa que me gustó mucho es los pocos turistas que había. No es como otro tipo de ciudades que las ves preparadas para turistas, como todo un poco "falso"... como algunas zonas de París, por ejemplo. ¡Allí todo era típico al máximo! 
Bueno, entramos en el Parque de atracciones y era como... una ciudad de Navidad de los cuentos que leemos. Todo taaaaaan tíiiiiiipico... Además, como no había nieve real, estaba todo decorado con nieve falsa. Había muchos puestecitos con bouffe (comida) de los que podías probar. Compramos una especie de bollo enorme así como enrollado de canela, jenjibre... muy bueno pero acabamos hasta arriba (¡se lo ha terminado Sara aquí en Bruselas!). Realmente, no era un mercadillo navideño. Había varias tiendas como en Disneyland Paris pero con decoración navideña y poco más. No sé si es porque se estrenó ese día o qué... pero estuvo muy guay. Muchos niños suecos por allí... El parque tenía hasta un zoo y te podías dar un paseo... ¡EN RENO! ¡Sí, sí! ¡Tuve a un reno justo a mi lado! Yo muy emocionada, no como otros... canadienses que dicen que los renos de por allí son más bonitos... (la verdad es que los de allí tenían un poco de mal aspecto, pero a mi me daba igual... ¡podías darte un paseo en trineo!)


De allí, que nos pasamos bastante tiempo... nos fuimos como a una especie de Jardín Botánico que había justo al lado y volvimos a la zona del centro. Nos tomamos un té calentito dentro de un "centro comercial". Después me di cuenta de que hay "centros comerciales" que en realidad son calles de la ciudad pero por el frío, las hacen cubiertas y son como un centro comercial pero con los nombres de las calles puestos sobre las paredes y señales, una cosa más raraaaa... pero muy lógica, muy sueca.
Dimos una pequeña vuelta y poco más porque eran cerca de las siete y ¡estaba ya todo muerto! Nos fuimos a comprarnos cena en el supermercado de al lado del albergue y comimos en el salón más silencioso del mundo, el del albergue, donde masticar supone ruido. Estuvimos jugando a los típicos juegos de lógica con papel y poco más. En ese momento entendimos lo de las tiendas de música... Menos mal que Marco hizo como buen sueco y se compró un Jaw harp (no sé cómo se dice en español...).

Nos acostamos ya que al día siguiente nos tocaba madrugar. Esta vez nuestros compañeros de habitación fueron dos chavales suecos.
Ah, tengo que comentar que los baños con la ducha tenían como una especie de... "fregona" para cuando salieras de la ducha, limpiar un poco el suelo ya que tenías el water y el lavabo por allí, y la gente lo hacía porque aquello estaba limpio. ¡Ah! Y ¡¡teníamos una sauna!! Pero no la usamos porque había que pagar de más, creo. Y tampoco era plan de meterse en una sauna, la verdad.
En fin, a la mañana siguiente desayunamos en plan triste ya que "era nuestro último viaje, ooh" y salimos a la calle y, sorpresa... Un cielo azul... pero azul... con todas sus letras: A-Z-U-L. ¡¡¡¡¡Qué coraje más grande!!!! Después de pasarnos el fin de semana con todo oscuro, va y sol y cielo azul, ¡arg!
Nos fuimos a la estación para coger el autobús y... ¡de nuevo sorpresa! Me equivoqué con los horarios del avión así que teníamos dos horas por delante. Nos pilló un poco de improviso así que hasta que reaccionamos, decidimos ir al puerto que estaba justo al lado y con el bonito día que hacía, tenía que estar bonito. Y efectivamente, estaba muy bonito. El agua tenía un color muy bonito y había barquitos, se veían montañitas... y había como una especie de exposición con partes de barcos, un poco raro pero curioso.


Estuvimos allí un buen rato hasta que volvimos a la gare a esperar al autobús. Porque teníamos que coger el autobús exacto que nos tocaba para nuestro vuelo. ¡¡Si es que estos suecos...!!
El aeropuerto, que no lo he comentado... es enano. De hecho sólo pasas un control digamos y ya estás en la puerta de embarque. Y la pista está al lado de un bosque superbonito. Entraban ganas de irse corriendo al bosque en plan película norteña.

En fin, cogimos el avión, llegamos aquí y nada... ¡se acabaron nuestras aventuras!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mercredi et Jeudi.

El miércoles me desperté tranquilamente y me preparé porque había quedado en ir a comer a casa de Gemma.
Estuvimos comiendo con Mateo y Clara y al terminar nos fuimos al centro, ya que quería que me diera el visto bueno a unas botas que había visto calentitas para el invierno en Sacha. Esa tienda me encanta, me recuerda un poco a Carril10 pero con un montón de complementos superchulos también.
Pasamos por la Place des Martyrs, que es una plaza muy afrancesada por donde hay un teatro pequeñito peor muy bueno, me comentó Gemma. Y me enseñó también dos librerías inglesas que hay por allí. Hay taaaantas librerías y tan especializadas en cosas diferentes. Entrabas en las librerías y te sentías en Inglaterra por la decoración, el ambiente... Y el hecho de que te hablen en inglés, claro está.
También me enseñó una tienda que se llama Hema que tienen como de todo un poco y barato. Ahora está llena de cosas para los calendarios de adviento, por ej. Hay letras de chocolates para comprar las iniciales de los niños de casa y cosas por el estilo. Ella buscó algunas cosas para el calendario que ella prepara.
Tras la tarde productiva en compras, nos volvimos a casa.



El jueves después de clase me fui al centro a cambiar Euros por SEKs o... Coronas suecas, pero suena mejor SEK. Imprimí los billetes en el ciber del que al final me voy a hacer amiga del hombre porque visto mi ritmo... lo veo bastante.
Y bueno, al volver del centro, se subió en el autobús una marea de niños pequeños con chalecos reflectantes que pensé que me iba a quedar ciega. Madre mía, fue como una invasión, empezaron a buscar asientos y con esos chalecos que te hacía cerrar los ojos, se hacían con todo.
Me pasé la tarde en casa preparando las cosas y eso para el viaje al país de ¡Ikea!

Resto de Lundi y Mardi: oouch.

El lunes en cuanto llegué, antes de soltar la maleta, me fui para el banco para cambiar dinero ya que el viernes salía dirección Gotemburgo. Bien, banco cerrado. Me fui para casa, me preparé de comer y volví al banco para decirme "No tienes tiempo para cambiar el dinero ya que son 48 horas antes y hoy ya no cuenta y el miércoles no cuenta por no sé qué". Muchas gracias.
Fui para casa, deshice la maleta y me fui para casa de Valérie ya que teníamos que quedar para el Tandem.
Decidimos qué cocina típico del Québec o de España y como no se nos ocurría algo sencillo y rápido (atrapamiento mental), decidimos hacer Croustade aux pommes.


Nos fuimos entonces al Carrefour a por los ingredientes y volvimos a su casa para prepararlo mientras que hablábamos. Le estuve preguntando sobre la historia del Québec y pasamos una buena tarde. De fondo nos poníamos música: española y del Québec. ¡Le gustó mucho Bebe!
En principio, yo iba después a ver a Marco y a su primo, que había venido a hacerle una visita con el padre y nos quería presentar peeeeeero, acabamos Val y yo más tarde de lo que pensamos así que me fui directamente a casa para descansar.
Sorpresa fue la que me llevé cuando salí de casa y comprobé el FRÍO que hacía. Maaaaaaaadre mía. Supongo que fue también la impresión de dejar Bruselas con una temperatura agradable a volver y tomaaaa frío.
Me pasó algo muy de la suerte Mellado: iba andando con la carterita que tengo para el bonobús que tenía también la tarjeta de crédito y el DNI y un poco de dinero para el viaje. Pues bien, a una de estas que no la encuentro en ninguno de mis bolsillos. Tras darme todo vueltas del mareo que me entró pensando en todo lo que llevaba en la minicarterita de la STIB, volví atrás sobre mis pasos y la encontré tirada en medio de la calle: se me había caído. Uffff... la cogí y ¡la apreté con tanta fuerza que casi la rompo!


El martes fue uno de estos días en los que dices "Una pausa, por favor". Tuve mis ocho horas de clase seguidas sin pausa, dont 4 eran alemán. Menos mal que me llevé fruta que me iba comiendo en las pausas, y un bocata que me hice el día anterior de... FUET.
Tras las clases, me fui para casa de Valérie a recogerla para ir a una reunión Tandem obligatoria donde teníamos que llevar comida (por eso lo hicimos el día anterior). La reunión consistió básicamente en probar los platos de la gente, votar al final a uno y hablar. Estuve esperando a ver si llegaba Max porque hacía tiempo que no lo veía y él también hace Tandem con una chica polaca creo (¡está loco!) pero no vino, llegaría antes o más tarde que yo, ya que teníamos que estar una hora.
Pues nada, aprovechamos y cenamos allí gratis como buenos Erasmus y poco más.
Me volví para casa y me duché corriendo porque había quedado con Frederik, un chico belga que conocí hace un montón en el cumple de Irene que vive en mi barrio y con el que aún no había quedado, y con Maddi. Ibamos a ir a Flagey al cumple de Emil, un italiano, porque iba a ir mucha gente a la que hacía bastante tiempo que no veía pero cuando fuimos a por el autobús, quedaba media hora... queríamos coger el último para volver... llegamos a la conclusión de que íbamos a llegar para decir "Hey!! Ciao!!", así que nos quedamos por nuestro querido barrio tomando algo en un bar mientras que veíamos el partido de Francia contra Bélgica. Me estuve acordando mucho de Berta porque ella se sacó las entradas para verlo en París, como buena futbolera.
Pasamos un buen rato y nos volvimos pronto a casa, ya que estábamos todos reventados. Frederik es tela de gracioso y muy... belga, podríamos decir... Es de Anvers, de la parte flamenca por lo que habla el francés como nosotras. Pero lo ves y tiene la típica cara de belga. Al entrar en el bar, un grupo nos preguntó de dónde éramos porque habían hecho una apuesta: unos decían que éramos españoles, otros que éramos italianos y otros que éramos belgas. ¡Al final todos acertaron más o menos cuando les contamos el popurrí que éramos!
Al salir a la calle... casi nos da un chungo. Y efectivamente, cuando llegué a casa miré el termómetro y es que hacía ¡¡dos grados!!


PD: La canción que he puesto es de un grupo del Québec que cuenta la historia de allí.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Voyage à Paris :)

El viaje a París comenzó el viernes a 6h como el mercadillo de mi barrio. Fui para la Gare du Nord y esperé allí a Maddi en la parte de la compañía del bus.
Y... ¡¡por fin!! Nos subimos en el bus con destino... ¡¡París!!
Y allí, en la Gare Gallieni esperamos a mi querida Berta. Vimos como la chica de los baños (que era simpática pero borde a la vez, sobretodo si no le pagabas) tenía una alfombra entonces los musulmanes, a la hora de rezar, se la iban pidiendo, la sacaban, la dirigían a la Meca, y se ponían a rezar ahí, en la estación. Fue bastante curioso. El reencuentro con Berta fue como todos los que nos conocéis os lo imagináis: grititos y saltos. Sobretodo porque me llama y me dice "Ya estoy aquí" y allí... no estaba. Resulta que estaba en otra salida del metro por lo que nos entró un ataque de risa tipo "No me puedo creer que ya nos hayamos perdido...".
Nos fuimos a su casa para dejar las cosas y dirigirnos a ... ¡¡Montmatre!! El piso de Berta está genial y las paredes son muy típicas con papel pegado de flores tipo Amélie.
Cogimos el metro, una línea que es como el de Sevilla medio externo medio interno, miramos hacia nuestra derecha y ¡nos topamos de frente con la Tour Eiffel! De nuevo esas cosquillas en la barriga como la primera vez hace séis años.
Llegamos a la parte de Montmatre y el Sacré Coeur y estuvimos paseando como pudimos por allí entre tanto gentío. Vimos el Carrusel de Amélie, el Lapin Agile donde fuimos con el cale, la place des peintres, pasamos por los negros de las pulseras satisfactoriamente y comimos... ¡Adivinad! Crêpes! Un crêpe salado de jamón de york y queso máás rico...


Nos perdimos bastante por Montmatre y acabamos no sabemos por dónde desde donde cogimos un autobús para ir a Pigalle a ver el Moulin Rouge y el Café de Amélie. Después de pasear y perdernos un poco de nuevo, fuimos hacia Notre-Dame y el Quartier Latin, que ha sido la parte que más me ha gustado de todas. Por esa zona, y el boulevard Saint-Germain, ¡hay un montón de librerías y cosas de segunda mano! Un amigo de Maddi que venía con nosotras, nos llevó a una minilibrería que se llamaba "La librairie Canadienne" entera lleeeeena de libros: pero unas pilas de libros por el suelo enoormes, me quedé medioencajada en una parte por la mochila, ¡genial! Y entre una pila de libros, tenían una tetera para servirte té por si querías.  
 Por el Quartier Latin nos pedimos... otra crêpe, pero esta vez sucré: de nutella. Madre mía, qué cosa más rica.

De allí nos fuimos hacia casa de un amigo de Berta con sus compañeras de piso. Estuvimos un rato por allí riéndonos un montón (hay una compañera de Berta en especial con la que te partes) y nos volvimos a casa temprano porque estábamos reventadas del día, el viaje... 

El sábado por la mañana nos despertamos para ir al Marché aux Puces. Es ENORME y de hecho, llegas y parece un simple mercadillo hippie como los de la Plaza del Duque. Tienes que buscar la parte de la Brocante, de las antigüedades y cosas de segunda mano lo que pasa es que... parecía más bien un centro comercial: todo era carísimo, había puestos en los que no podías hacer fotos o tocar... todo demasiado... falso, o al menos eso me pareció a mi. Me gusta más el ambiente del de Bruselas, la verdad. Nos lo recorrimos de arriba a abajo, comimos una crêpe de pie por allí paseando y cuando nos alejamos un poco y nos perdimos un poco por esa zona desconocida de París, decidimos ir al Louvre.


Había muchísima gente, ¡el Louvre parecía un centro comercial de la de gente que había! Pero bueno, más o menos pudimos ver lo que íbamos buscando: las esculturas clásicas y una zona de pintura. Pasamos también por la parte de Arte Africano y nos sentamos en unos sofás que había con unas aplicaciones electrónicas para niños o algo... estuvimos allí unos diez minutos recuperando fuerzas y seguimos.
Del Louvre nos fuimos a Notre-Dame para entrar y pasear por el Quartier Latin de nuevo y por les Quais de la Seine. Se unieron a nosotras sus compañeras de piso y otro amigo, Emre, que es genial. Nos compramos un café (yo, por supuesto, chocolat chaud) y nos fuimos aux Quais a tomárnoslo, con Notre-Dame enfrente, caasi nada. Después de poder sentarnos durante más de diez minutos y descansar después de toodo el día (Maddi, Berta y yo íbamos como zombies) nos fuimos a cenar por el barrio latino. Acabamos en un restaurante italiano donde nos salío 9euros el menú que estaba bastante bien. A todo esto... Berta y yo con un pavo de los grandes, supongo que consecuencia de no vernos en tanto tiempo.
De allí fuimos a casa de un amigo de Emre y de Berta llena de franceses. Lo malo es que estábamos reventadas... así que en un momento en el que una amiga de Berta dijo que se volvía a casa, Maddi y yo nos volvimos también. Eso sí, psamos un buen rato riéndonos un montón.

El domingo lo hicimos más tranquilo... dejamos dormir a Berta un poco porque la pobre estaba muy cansada, compramos Spaghettis con salsa pesto para comer en casa, y nos fuimos a visitar el Panteón, que nos gustó mucho. Vimos dentro las tumbas de Diderot, Rousseau, Voltaire, Victor Hugo, Dumas, Los Curie, Braille... Bastante impresionante. Además el panteón por dentro es precioso.
Nos volvimos a casa, comimos, estuvimos en casa descansando y salimos hacia la Tour Eiffel, Champ de Mars, Trocarédo y el École Militaire.


Pero hacía un fríiiio... Parece que había llegado sin avisar. Después de estar por allí paseando, nos fuimos para casa a ver qué preparábamos de cena porque se venían algunos amigos de Berta a cenar, y nos queríamos acostar temprano porque al día siguiente teníamos que salir de casa a 6h y después en Bruselas hacer un montón de cosas. La cena estuvo bien y nos hartamos de reír con Emre.
Nos acostamos todas al final un poco tarde y nada, a la mañana siguiente Berta se despertó con nosotras para despedirnos. Dormimos juntas en la habitación doble en la cama de matrimonio, como cuando estvumos con la clase, haha como dos enamoradas.
Maddi y yo nos cogimos los metros atravesando todo París hasta llegar de nuevo a la Gare Gallieni para coger el autobús de vuelta que tardó un poco más porque se paró en Lille (¡llegaba hasta Estocolmo creo!). Momento de risa para mi y asqueroso para Maddi cuando quiso entrar en el baño del autobús, porque no hicimos paradas excepto la de Lille y para que subiera más gente. Se ve que estaba asqueroooso, y que alguien vomitó... y encima estábamos sentadas al lado así que en un momento en el que nos despertamos (o al menos yo... me desperté un poco) iba viendo cómo cambiaba la cara de la gente al querer entrar en el baño y encontrarse el pastel, qué ajjjjjjco.

En fin, ¡un fin de semana muy bonito en París!

Mercredi et Jeudi.

El miércoles nos despertamos, estuvimos de charla y, antes de irse, Marina me acompañó al Carrefour a hacer la compra y ya luego nos fuimos hacia la Gare para que se fuera.
El resto de la tarde me la pasé estudiando y haciendo cosas por casa, y ¡esperando a que llegara Sara!

El jueves fue el típico día Non-Stop: clase de 8 a 12, menos mal que era con el profesor guay. De vez en cuando suelta la frase "Son cosas que pasan en la vida, pero hay que aprender a vivir con ellas" mirándome a mi porque sabe que soy española, nos hartamos de reír la verdad. Y estamos dando sintaxis pero de una forma muy distinta a lo que siempre hemos aprendido, por lo que nos tenemos que comer el coco un poco en sus clases.
Al terminar, me vine para casa y fui a la lavandería para lavar tooda la ropa y llevarme también la ropa limpita a París. Comí, y salí corriendo a una librería a por el manual de alemán. La librería es alemana (ya que aquí hay muchas librerías especializadas) y nada más entrar, había un grupo de alemanes y me hablaron en alemán. Imaginaos la cara que se me quedó que empecé "Non non je ne parle pas l'allemand!". Y nada, muy amables.
De allí me fui dando un paseo hacia la chocolatería de la fuente de chocolate para llevarle una caja de chocolate a Berta y estuve dando una vuelta por si veía algo bonito para ella pero nada. Andando andando... llegué a mi barrio. Y se supone que tenía que ir a casa de Valérie para la asignatura de conversación y después llegar a casa, ducharme, hacer la maleta... Pero Valérie no contestaba, y no sabemos qué pasó con los móviles. El caso es que después de hacer muuucho tiempo por el barrio... decidí coger el tranvía y cuando estuviera llegando, llamarla. Pero... ¡sorpresa! El tranvía paró a medio camino porque hubo un accidente de coche en los raíles del tranvía por lo que había una cola de unos cinco tranvías en cada sentido y MUCHA pero que MUCHA gente esperando para montarse.
En fin, estuve esperando bastante rato sin poder hacer nada porque los tranvías estaban inmovilizados por el coche accidentado, la policía, ambulancia... Una que había formado bastante buena. Y yo seguía sin saber nada de Valérie. El caso es que tras mirarme las paradas y pensar en salir andando hacia casa, que estaba bastante más cerca que mi destino, vi cómo un tranvía del sentido a casa se empezaba a mover, así que me aproveché y me subí en él. Ya en casa me llegaron sms de Valérie que pensamos que llegaron con bastante retardo y bueno, al menos estuve en casa antes. Me puse a hacer deberes de alemán cuando "Pom Pom Pomm" (escaleras) ¡Llegó Sara con sus padres!
En fin, tras quedar con Maddi, ducharme y cenar un bocadillo de lomo y pimientos IMPRESIONANTEMENTE BUENO (madre mía que no me quería lavar los dientes para no quitarme el sabor hahaha), me acosté ya que el día siguiente empezaba en pocas horas...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Lundi et Mardi.

El lunes empezó la semana de clases con los profesores preguntándonos qué tal la semana tampon como en el cole. Las clases fueron bien, sin poca novedad.
Luego vine a casa y me pasé la tarde aquí viendo cosas de la facultad, y poco más, preparándome para el día siguiente que iba a ser muuy duro.


El martes tuve ocho horas de clase seguidas sin parada. (Bueno, en realidad siete por un problema del horario pero tendré siempre ocho). De esas siete horas, tres eran alemán (que serán cuatro a partir de la semana que viene). Nos cortaron las clases de alemán y como tenemos examen en enero, ¡ahora pretenden hacer un intensivo o algo así! Las profesoras (porque tenemos dos horas con una y dos horas con otra) van rapidillo, por lo cual tenemos que estar muy atentos.
Eso sí, al salir de clase de alemán me resulta más difícil de lo normal hablar español. Al salir, no podía hablar con Ivo porque hacía un melange de palabras bastante impresionante. Véase: melange, en vez de mezcla y más palabras de las que ni me acuerdo.
Hicimos ejercicios de conversación en los que me bloqueaba porque NO SÉ PRONUNCIAR EN ALEMÁN. NO SÉ ALEMÁN. Pero bueno, la segunda profesora también nos va metiendo cosas de cultura y nos contó cómo saludar, que nunca toquemos o besemos a un alemán y cosas así que nos hicieron reír.
En fin, me gustó porque al menos la base supongo que la tendremos este cuatrimestre. Además, en las clases nos hablan mucho en alemán, para que se nos haga el oído.
Pongo lo poco que sé decir en alemán:
"Ich heiße Marta. Ich komme aus Spanien. Ich bin in Belgien. Ich bin einundzwuanzig Jahre alt. Meine Muttersprache ist Spanisch. Ich spreche Französisch und Englisch".


En Instituciones Europeas tuvimos una conferencia muy interesante sobre la cultura: cómo nos formamos por nuestra cultura, la diferencia entre una y otra... etc.
Y nada, en gramática hablando de nuestros adverbios.

Al salir de clase, me fui para el centro porque quedé con Marco para sacarnos las entradas para el concierto de Coeur de Pirate y le busqué un regalito a Marina por su cumple.
Volví a casa, me puse a hacer cosillas y estuve un rato con Sara cuando llegó mientras esperaba a que Marina aterrizara para ir a buscarla a la Gare.
Cenamos un kebab que compramos debajo de casa y nos lo subimos arriba. Estuvimos de cháchara hasta las tantas sin darnos cuenta y nos dormimos porque estábamos "reventás". La verdad es que el día dio muucho de sí.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Dimanche: Por fin Santa Bata en Bruxelles.

El domingo Maddi y Sara se despertaron bastante temprano: una para irse a su casa y limpiar etc, y la otra para ir a la lavandería. Yo me desperté para despedirlas y me volví a dormir, o al menos lo intenté pero no pude. ¿A qué es raro? Bueno... en realidad estuve esperando y cuando Sara volvió de la lavandería, me desperecé y me levanté para desayunar juntas.

La mañana la pasamos recogiendo, yo leyendo y poco más, muy casera. Comimos juntas, ella se fue al partido de futbito y yo me quedé en casa leyendo tranquilamente toda la tarde.
Fue un día de Santa Bata en toda regla pero productiva: estuve leyendo bastante y ¡decidí con Maddi que nos íbamos a París el fin de semana que viene!


Samedi: Louvain.

El sábado, como ya dije antes, quedamos Maddi y yo en ir a pasar el día a Lovaina, para movernos un poco en nuestra semana tampon.
Lovaina está a un cuarto de hora de Bruselas más o menos pero nos tocó a la ida un tren que se paraba en todos los pueblecillos de alrededor. Tardamos unos 40minutos pero como nos encanta viajar en tren, no nos importó. De hecho, nos gustó más que la vuelta que se hizo cortísima.

Llegamos allí e intentamos situarnos en un mapa de la estación. Tras un rato interpretando mapas en flamenco, supimos cómo llegar al centro y decidimos no coger mapas ni nada, sino pasear por la ciudad. Una pena que la plaza del Ayuntamiento estuviera en obras pero bueno, en la de al lado se había instalado el pequeño marché aux puces de allí (pero pequeño, cuatro personas y punto). Estuvimos investigando en el puesto de libros y encontramos un miniapartado de obras en francés. Me pillé Notre-Dame de Paris en una versión muy buena, con imágenes al principio representando distintos momentos de la historia y tal. Además, el librero era muy simpático ya que nos dirigimos a él en inglés (como para hablarles en francés a algunos...) y corriendo cambió preguntándonos nuestra nacionalidad y tal. Costaba 6euros pero como me vio con un billete de 5 y pidiéndole a Maddi un euro dijo "ohhh vous êtes de pauvres étudiantes!! c'est pas grave!!". Así que por ser estudiantes pobres, lo dejó por cinco riéndose.


Estuvimos dando una vuelta por la zona del centro y acabamos en una tienda así como marroquí con muchos productos: desde abalorios a cremas pasando por comida ya hecha.
Nos entró hambre así que nos sentamos en unos bancos a comer y después seguimos dando un paseo, perdiéndonos un poco por las calles.
Estábamos asombradas de lo tranquila que es la ciudad. Y bonita. No es tan impresionante como Brujas pero el hecho de que sea más tranquila y se vea a gente de allí la hace más encantadora, digamos. Echabamos de menos el hecho de ir andando y oír nuestros propios pasos y no el bullicio de la ciudad. Además, ¡¡los árboles están muy bonitos por el otoño!! Encontramos un pasaje lleno de hojas, parecía una alfombra pero hecha de hojas que desembocó en una pequeño rincón supertranquilo y sin salida, donde nos pasamos un buen rato y nos hicimos algunas fotos:


Volvimos a la zona más "del centro" y entramos en un café para descansar y tomarnos algo. En el mercado de la Rue de Bruxelles nos topamos con el señor del puesto de quesos que era el típico que dice cosas graciosas pero de forma seria por lo que no sabes si está bromeando o no realmente. Al enterarse de que era española dijo "¡¡¡Ohh noooo!!! ¡¡¡AZNAR!!!" y miro a Maddi que está callada probando queso sin mirarle... hahaha. Pero fue inevitable ocultarlo, cuando se enteró de que ella italiana soltó un "¡¡¡NOOOOOOO!!! ¡¡BERLUSCONI!!" e hizo como si se cayera al suelo. Vale, hizo gracia pero no nos hace gracia que se piensen que apoyamos a ese tipo de gentuza. Al menos, ese hombre lo sabía pero bueno dijo "Ya, pero si han salido es por algo...". Meeeeeeeec, ¡¡deme a probar más queso y déjeme en paz!!
Tras otro agradable paseo por la pequeña ciudad, nos dirigimos petit à petit a la gare para coger el tren de vuelta a casa.

En teoría, en 40 minutos ya estaría en casa haciéndome un té tranquilamente pero no contaba con mi atrapamiento mental en la Gare du Nord. Al igual que me resulta imposible decir bien "ascensor" y "autobús" (confusión sin razón), también me pasa con dos paradas: "Robiano", que es la mía, y "Rogier" que es una de las direcciones del tranvía. El caso es que me puse a buscar para llegar a Rogier, que me costó porque me atrapé bastante, y cuando al fin llego, me doy cuenta de que mi parada no es Rogier sino... Robiano! Putaain! Media vuelta de nuevo.

En casa estuve con Sara y le propuse a Maddi que se viniera a cenar y a ver una peli, y así fue. Cenamos las tres tranquilamente distintos tipos de ensalada y vimos una peli, con charla incluída y la idea de ir a pasar el fin de semana siguiente a París...

domingo, 6 de noviembre de 2011

Vendredi: Journée avec Maddi.

El viernes me desperté y dejé a Ivo durmiendo mientras que me duchaba... etc.
Me puse contenta ya que una belguita de clase de portugués a la que nunca fui me escribió para que quedáramos la semana que viene. Ya tengo a dos belguitas con los que quedar realmente, ¡aunque son de habla flamenco!
Salimos de casa pero avisé antes a Ivo: "No te asustes porque te sentirás en Turquía y no en Bruselas por el mercado". Reíos si queréis, pero me agradeció que se lo hubiera advertido, ¡es tan guay mi barrio!
Cogí el tram para ir hacia Marolles y nuestro querido marché aux puces de Jeu de Balle. Me bajé del tranvía cuando llegué allí y... ¡sorpresa! Maddi también había estado montada en el mismo tranvía pero en el primer vagón y yo en el último. Nos fuimos hacia el mercadillo, aunque llegamos un poco tarde y no pudimos ver mucho. Encontramos correspondencia antigua entre amigos/parejas y muchas fotos muy graciosas. ¡Había una con dos señoras que parecían Maddi y yo dentro de 50años!
Después de estar por allí, nos fuimos a un sitio de sandwich (bocatas) por el que pasamos cuando estaba aquí Lulu y tenía muy buena pinta. La verdad es que estaba bastante rico, aunque los camareros fueran un poco ... "secos", digamos.
Comimos, dimos una vuelta por Marolles y nos fuimos andando hasta la Gare Centrale para preguntar por el precio de los billetes de tren por los alrededores. Nos tocó un chaval simpatiquíiiisimo que, aparte de que se veía que no tenía nada que hacer porque no había nadie para preguntar, fue muy simpático con nosotras. Le pregunté como... tres o cuatro destinos y estuvo apuntándomelo todo en un papel dando diferentes posibilidades. Al final nos dio hasta la dirección de la página por donde ellos ven los horarios de trenes y tal.
Además, ¡no se dio cuenta de que era española! Hasta que le enseñé el DNI para no sé qué de los 25 años que dijo "Oh, t'es espagnole? T'as pas l'accent!". Y fue muy simpático porque me preguntó si quería cambiar al español o prefería hablar en francés para practicar. (Normalmente si descubren que eres española y si hablan español, te cambian y aunque les respondas en francés, ellos a ti en español).
En fin, salimos con una sonrisa de oreja a oreja porque nos comprendió perfectamente y nos dijo "A ver, el destino más barato internacional es Maastricht que son 15 euros" y después nos dijo más o menos el resto.
De allí, dimos una vuelta por el centro, por el ambiente y nuestra bonita ciudad, y nos fuimos andando hacia casa, porque le iba a pasar algunas cosas a Maddi.
En la Rue Neuve (el Tetuán de aquí, llena de tiendas), había un hombre por la calle escribiendo con tierra "Quand la goutte est plus grosse que le vase. Que faire?"


En fin, pasamos un muy buen día las dos, como siempre que estamos juntas. Y decidimos que al día siguiente nos iríamos de excursión ¡a Lovaina! Ouii voyager en train.

Jeudi: 4h de clase nunca fueron buenas.

El jueves cuando me sonó el despertador me pensé que era una broma, por error... pero no. Llegué a la facultad, que estaba vacía, y a comenzar con las cuatro horas de clase de gramática. Menos mal que es algo que me gusta y que estaba con Lucía en clase que nos reímos en los pequeños descansos que hicimos pero vamos... a la tercera hora ya estaba un poco desesperada.
Después de clase quedé con Maddi para comer por allí. Probé los famosos tarros de pasta de la facultad por fin. Son unos tarros de cuatro euros de pasta recién hecha a la que decides qué salsa ponerles y la verdad es que hay mucha para el precio y está bien para de vez en cuando como el otro día.
Terminando de comer nos encontramos con Mina, que es una italiana muy peculiar. Es muy graciosa, da la sensación de que está un poco pirada por las pintas, el pelo tan largo y tan "desastroso" y la cara tan graciosa que tiene. Además, es la típica italiana que dice "Maaamma mía!", cosa que me hace bastante gracia. Nos estuvo contando que se fue a darle una sorpresa a una amiga suya que está de Erasmus en España pero que cuando llegó resultaba que su amiga se iba a Madrid y prácticamente no se pudieron ver. Vamos, que la sorpresa se le fue lo que viene siendo por ahí. Pero ella aprovechó y se hizo un recorrido por España sola, OLE AHÍ.

Antes de volver a casa me pasé por el Carrefour para comprar un poco de bouffe y nada, al volver me duché y nada más salir de la ducha me avisó Pau para que fuera a la Place de Luxembourg a tomar algo con él y sus amigos del stage.
Estuvimos con una manada de catalanes, porque los catalanes vienen por manadas, muy simpáticos. Pasamos un buen rato. De ahí fuimos a casa de Ire que está justo al lado para cenar y salir luego al centro que se supone que había fiesta Erasmus.


Al final la cosa no salió muy bien porque realmente no había fiesta Erasmus y acabamos Ivo y yo con un grupo de españoles que conocía más o menos de vista o de haber hablado con alguno algún día.
Problema: a no sé qué hora de la noche, Ivo busca sus llaves y no las encuentra. Bien Ivo, te dejaste un poco de tu sabiduría en casa de Ire.
Así que como no se iba a quedar en la calle y yo necesitaba un guardaespaldas para volver a casa ya que la mayoría vivían por Ixelles, se quedó en casa.
Llegué a casa cual zombie ya que me pesaban las cuatro horas de clase y el no parar, algo muy típico aquí. Encima, a la mañana siguiente había quedado con Maddi.

Mercredi: Ostend.

El miércoles hicimos una miniexcursión a Ostende: ¡bieeen!
Quedamos a las once en la Gare Centrale Pau, Maddi, Anna, Ire, Ivo y yo. Compramos los billetes y nos metimos en el tren dirección a Ostende (bueno mentira, dirección Brujas porque teníamos que hacer transbordo trenil pero es lo mismo...).
Tuvimos bastante suerte porque nos hizo un buen día para pasear por allí. Primero vimos la Catedral y paseamos un poco por la ciudad, donde deberían ser las fiestas o algo así porque estaba lleno de cacharritos. Fue bastante impactante ver la entrada de la Catedral cual Calle del Infierno en la Feria pero bueno, "coz this is Belgium!!".


A destacar que en la parte de atrás de la Catedral, como se puede ver en la foto, había una especie de "cacharritos" para hacer ejercicio sobre los que mis amigos se abalanzaron nada más verlos y estuvieron un rato jugando. Hay pruebas. Mi cámara tiene el poder. Pau, ¡como te pases conmigo subo tus fotos dando vueltas en el cacharro rojo!
Después de investigar un poco el pueblo, que estaba vacío (pensamos que estaría todo el mundo con resaca o algo así...) paseamos un poco por el paseo marítimo pero nos entró hambre... Sobretodo después de pasar por los puestos de pescados donde se compraban las "especialidades" de aquí que están muy "ricas" (y sí, mis comillas señalan la ironía).
Vamos a ver... momento "pescaíto frito": Pau y yo tenemos muchas ganas de pescaíto frito así que al ver que podíamos comer el pescaíto frito, tuvimos claro nuestra comida: comprar para los dos y compartir. Pues eso fue lo que hicimos. ¿Problemas? El primero: pedimos de tres tipos y vimos que los cogían y los calentaron en el microondas... ¡¡nouuuuuuuuuuuuuu!! WTF? El segundo: por el hambre y las ganas de pescaíto frito... al principio nos lo comimos y yo pensaba "no hombre, es diferente y ya está". Pero al final... no lo pudimos terminar. ¿Queréis saber dónde terminó el pescaíto que sobraba?
Pues así:


¡Como alimento para las gaviotas! Pero claro, pensamos que era algo bueno hasta que al darle el último trozo Pau me dijo "Tuca... date prisa, date prisa...". Teníamos enfrente el típico cartel enorme de "No dé alimentos a las gaviotas" pero que no habíamos visto hasta ese momento. Disimuladamente tiramos lo que quedaba y nos fuimos de allí.
Volvimos al pueblo a recoger al resto de humanos que no querían pescaíto frito (y que hicieron bien) y dimos realmente el típico paseo por el paseo marítimo, la playa y tal. Lo que tiene Ostende, vamos. Fue mucho más agradable que la otra vez que fui por el hecho de que no hacía tanto viento así que se podía pasear tranquilamente y no con miedo a despegar de un momento a otro.

A resaltar las ocurrencias de Ivo, El Sabio que entendía los carteles en flamenco echándoles sólo un vistazo. Pasamos por delante de uno y supo que era una manifestación nacionalista, cogió el periódico en flamenco y nos tradujo lo que decía un artículo porque le parecía que era eso... Lo peor es que lo era al final. Desde entonces es el gran (porque es grande) Ivo, el Sabio.

Después de dar el famoso paseo viendo a los famosos perros de Ostende (de que Pau se parara con casi todos) y de escoger al mayor personaje belga para que nos hiciera una foto, nos fuimos a la gare para regresar a casa. Pero el tren salía en una hora así que nos fuimos a un café a tomar un café/té/chocolat chaud mientras que espérabamos. Resultó que entramos en un café donde sólo había abuelas flamencas un poco siniestras. De hecho una estuvo hablando con Pau porque cogió una silla de su mesa y no sabemos aún si le bronqueó o no porque como del flamenco ni papa... por la mirada penamos que nos odiaban pero luego se nos acercaron y se rieron con nosotros, así que a saber.

Cogimos el tren que iba ya llenísimo así que acabamos entre dos vagones cuales polizones.

Al llegar a Bruselas, en vez de volver a casa, me fui para casa de Irene a pasar un rato y acabamos cenando allí Pau y yo tortilla de patatas y ¡ fueeeeeeeeeeet ! Sus padres han estado hace poco y le habían traído Fuet. Después vimos un ratito a Marco y a casa que, a pesar de ser la semana tampon de fiesta, yo tenía clase al día siguiente de 8h à 12h!

Mardi: journée tranquile chez Pilar.

El martes me desperté tranquilamente, limpié un poco la casa y mientras me arreglaba para ir a comer a casa de Pilar (que por fin la iba a ver después de no sé cuánto tiempo que llevo aquí) llegó Sara! ¡bieeeeeen!

En fin, no pudimos hablar mucho porque me iba y tenía que pasar para comprar algo para el postre para llevar algo a la casa. Como sabéis, mi barrio es el barrio turco. Es decir, está plagado de tiendas de por ahí, bares con señores musulmanes, peluquerías, pescaderías a lo musulmán... etc. Pues por ir con prisas me metí en una boulangerie donde te atiende una chica muy agradable pero los dulces que tenían eran los típicos que podemos comprar en cualquier pastelería. Bien Martu, bien. Pero como iba con prisas y me bloqueé sin saber si iba a encontrar otra o no de camino al bus, compré unos dulces en esa.
Me dio una caja bastante grande que me ayudó para que no se me colara la gente en el tranvía que tardó en llegar y encima iba bastante lleno (no caí en que era fiesta y había menos transportes). Aún así no llegué muy tarde, sólo un cuarto de hora y avisando (juro y perjuro que en Sevilla soy puntual e incluso llego antes de la hora a los sitios pero no sé que me pasa aquí que nunca calculo bien).
La comida estaba riquíisima y muy típica: gambas, queso, chorizo, aceitunas y pasta con moules riquísima. Pasamos una comida y tarde muymuy agradable hartándonos de reír y contándonos lo que nos gusta la ciudad en la que vivimos.
Encima, ¡¡tienen un montón de máscaras africanas por la casa!! Y, está claro que antes de volverme a Sevilla me llevaré una máscara africana de las de aquí del Congo, porque hay un montón y verdaderas.

El día no fue muy bonito en cuanto al tiempo porque estaba nublado y llovía (pero a la manera de aquí de chirimiri raro) y encima, se hace de noche a 17h, compañeros. ¡No me quiero imaginar dentro de un mes!

Me volví a casa sobre las siete... o algo así. Aunque ya estoy en horario guiri ¡y me parecía tardísimo! Estuve con Sara por casa y poco más porque al día siguiente iba a Ostende.
Hicimos excursión a visitar a la familia porque cuando llegué, Sara estaba cocinando y de pronto, nos quedamos sin luz y es que habría saltado algo y la bombilla de la cocina se apagó y no veíamos naaaaaada. Así que bajamos las dos abajo a buscar a la señora y a pedirle si tenía otra bombilla ¡porque no veíamos nada! Subimos y gracias a mi superlinterna del decathlon, pudimos cambiarla. Bueno, fue Sara porque yo aún subida a la silla tenía dificultades para llegar... Nos entró bastante la risa con nuestras aventuras caseras, y lo hicimos bien porque ahora tenemos muchísima luz en la cocina. Es como si antes tuviéramos una de baja potencia o blablabla y ahora tenemos una normal.

Parc du Cinquantanaire. By Lulu.