jueves, 12 de abril de 2012

Samedi et Dimanche: Gone with the wind.

El sábado iba a ir a los museos que estaban cerrados el jueves y cuando me iba a preparar el recorrido... sorpresa: habían matado a un controlador de la STIB, los transportes públicos valones, así que habían paralizado la ciudad sin transporte público. Encima llovía. Me dio mucha pereza e hice un día de Santa Bata en casa. 


El domingo me levanté con idea de que hubiera transporte público para irme a casa de Pau e Ire a comer lentejas (Pau se está volviendo un cocinitas poco a poco) pero seguíamos sin transporte público y llovía. Vi el recorrido por internet y era casi una hora. Sin planes y cabreada porque no podía hacer nada por la lluvia y sin transporte, miré que echaban en la Cinematek y me encontré con una grata sorpresa: ¡¡LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ!! 
¡Siiiii! Así que por la tarde me fui dando un paseo hasta allí. Me encantó ir al cine a ver la película porque todo el que iba era porque ya la conocía y quería volver a verla por lo que se notaba la atmósfera de felicidad y amor a la peli. De hecho, cuando salió Clark Gable pasó como me contó mi madre cuando fue al cine a verla. Se oyó un "Ohh". Y la gente se reía mucho con las cosas en las que nos reímos en casa y bueno, es siempre bonito ver pelis tan míticas en el cine de nuevo (o por primera vez en mi caso). Al terminar hubo aplausos y todos salimos muy contentos. Y, por supuesto como todas las veces que veo la peli, me entraron ganas de leerme el libro.
Me volví dando un paseo, porque no había transportes aún, pero contenta con la sensación que deja la película.

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