miércoles, 23 de mayo de 2012

Jeudi: chez-moi et Elise :)

El jueves fui de nuevo a la biblioteca donde me encontré con todo el mundo. Lo bueno de ir a la biblioteca en esta época y de que en el campus estén todas las facultades, es que siempre tienes a alguien con el que hacer un descanso. Además, como ese viernes teníamos la fiesta en Mordor (la casa de Antonio y Patri) estábamos todos contentos.
Me pasé todo el día de nuevo allí, pero ese día hacía un CALORRRR. Era un bochorno asqueroso porque estábamos a unos 20º con humedad altísima y el cielo encapotado. Es decir, que bajé por la tarde a hacer un descanso para "tomar el aire" y lo que me tomé fue todo menos aire, ¡QUÉ HORROR! 
Al volver a casa en el tranvía pasó un episodio bastante absurdo/gracioso. En una parada, una señora mayor con pinta un poco rara se iba a bajar pero supuestamente, la puerta le pilló la mano por lo que se oyó un "AAAAAAAAAAAAAAH" pero... no hizo gesto alguno de dolor, simplemente ese grito que volvió a repetir bajando las escaleras y una vez ya en tierra firme. Fuey muy bueno ver como a casi todo el mundo le entró la risa pero no querían reírse delante de la señora rara. Su grito fue más o menos así: 



Volví a casa y poco más. 
Explico la noche del martes: con Elise, mi gran amiga belguita, quedamos en vernos para hacer cosas que no hemos hecho antes en Bruselas, o descubrir nuevos sitios. Así que el martes le propuse ir a la Cinematek a ver La dame aux camélias, película muda de 1911, con acompañamiento musical de un piano en directo. Nos encantó. Estuvimos en una sala pequeña de la cinematek y fue precioso, se creó un ambiente muy bonito y particular. Salimos de la película aún en las nubes, además, el ambiente allí es siempre genial: esperando para ver la película, un señor que trabajaba allí nos recomendó otra peli para ver y se creó una conversación entre varios que estábamos allí medio en francés, medio en flamenco... Genial. 
Después, dimos una vuelta por el centro. Elise me enseñó unos grafitis de algunos edificios importantes muy antiguos que ya se han ido borrando, y fuimos a un bar del centro por el que siempre he pasado pero nunca entré. Ella lo conocía, por eso fuimos. Es un antiguo teatro de marionetas. Entras por la puerta pequeña y estrecha, como todos los edificios del centro, pero de pronto te encuentras en una especie de patio/terraza en el que se está agustísimo. El bar por dentro está lleno de marionetas y tiene las gradas y el escenario... muy "bohemio" con muchas cosas por en medio y luz tenue (también porque era por la noche...) y ¡poca gente! Aunque sería porque era entresemana. Ah, y para vuestra información, ¡se siguen representando obras! Fue muy buena aquella noche, nos sentamos en la terraza (en serio, sorprende que haya ese espacio "inutilizado" entre tanto edificio, está genial) y estuvimos charlando un buen rato. Cuando se terminan días así, ¡tengo más claro que no puedo abandonar Bruselas por mucho tiempo!

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