miércoles, 23 de mayo de 2012

Mardi: la presentation!

El martes llegué medio dormida a la universidad, obviamente, y con el pensamiento que teníamos el día anterior: seríamos los segundos en hacer la presentación por lo que nos tendríamos que tragar la de 8h y esperar hasta casi las 9h para que fuera nuestro turno. Pues bien, entré en clase pensando que me había equivocado porque no veía a los "perennes" de la clase (como una chavala a la que le tenemos mucha manía porque está en varias clases con nosotros y en todas tiene algo que comentar) ni a los de mi grupo. Hasta que vi a Jana (la checa) que me señaló a la pizarra y allí estaba mi grupo: pasábamos en primer lugar. OH-MON-DIEU. En fin, lo bueno fue que nos lo quitamos de encima pronto. A mi me entró un poco de tensión y me pasé la presentación mirando al ordenador y a las fichas que me había preparado. Empecé hablando del zumo Don Simón (nuestro trabajo era analizar las etiquetas de los alimentos, así que escogimos analizar tres productos: chocolate con leche, zumo de naranja y patatas fritas normales), y con la tontería, como hacían referencia a España, me salió un poco la vena de "porque mi compañera (María, la otra española granadina) y yo somos del Sur de España así que sabemos el calor que deben de pasar los agricultores recogiendo naranjas..." Así que con esto y alguna tontería más, la gente se rió. Lea, la eslovena, también tuvo algún punto gracioso con la tensión como "Bon, dans cette recette de chips, on ne voit pas dans les ingrédients les pommes de terre... Oke...Merci".
Al sentarnos y una vez que los flanes se volvieron a convertir en piernas, sonreímos porque "¡POR FIN LO HABÍAMOS PASADO!", además, a la profesora le gustó.
En el Petit-Yoyo
Comí en el comedor de la universidad con Ivo e Irene un pescado acompañado de verduras con patatas, que realmente fue patatas con un poco de pescado y verduras (pero bueno, está genial porque por 4 euros te pones las botas). Nos tomamos un té/café en el Petit-Yoyo, una de las cafeterías de la universidad que se caracteriza por la música que ponen: te entran ganas de pedirte un cubata, en vez de un café.Después, un rato de biblioteca. Cómo se nota la diferencia de poderío de algunos, la gente va con smoothies comprados como si estuvieran en el Starbucks.
Y después... ¡a mi última clase de literatura africana! (Imaginaos a un coro de fondo diciendo "Ohhhhh"). ¡Me quiero llevar a este profesor también a Sevilla! Da mucho coraje que las asignaturas que más me gustan... suelen ser las que tienen menos que ver con mi especialidad, pero bueno. Fue una clase muy buena compartida con la gente extraña de esa clase: alumnos que se suenan la  nariz con pañuelos de tela, un hombre que va de jovenzuelo por la vida, una chica con un sombrero a lo dandee y pelo grasiento a un nivel indescriptible, chavales que parecen salidos de una obra de Velázquez, las raritas de árabe... 
En fin, después de clase me fui para casa cruzándome en el barrio con el camión de los gofres! Al igual que existe el camión de los helados con música, ese que da tan mal rollo después de haber visto Chitty Chitty Bang Bang, aquí en Bélgica existe el camión de los gofres, con su musiquita hipnotizadora y su buen olor (Y no, no me compré un gofre). A ver si un día le puedo hacer una foto con los niños haciendo cola para comprarse uno.

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