jueves, 31 de mayo de 2012

Dimanche 20 et la semaine.

El domingo empezó haciendo casi el mismo calor que el día anterior con mucho sol, hasta que en un punto de la tarde pasamos de estar en el verano belga a una TORMENTACA IMPRESIONANTE. 
Fue un día tranquilo, estudiando y poco más.


El lunes me levanté temprano y fui a una biblioteca que me recomendó Pilar para sacar unos libros para el trabajo de Literatura Africana, me pasé la mañana en la biblioteca bicheando libros y al final llevándome unos cuantos a casa. La biblioteca está especializada en libros de África por lo que "lo flipas" cuando ves la de cosas que tienen. Además, el señor era un francés muy simpático. Me hice socia, para poder sacar libros (carnet que me dura un año por lo que... debería aprovecharlo).
Al venir a casa, me pasé por la tienda de los veinte duros de los judíos para comprar unas cosas y, ¡creo que me reconocieron! Toma ya, aparte de los del kebab y la night shop, ¡también me reconocen los judíos!
Y nada, tarde entera en casa con el trabajo. De pronto, me sonó el teléfono (Sara) que estaba por la calle y, como siempre, con la cabeza un poco en las nubes. A esto que me quería preguntar "si los cascos para escuchar música son todos UNISEX". Me quedé sin saber realmente qué contestar, hasta que las dos a la vez empezamos "bbbbfffffffaaaaajajajajajajja" porque las dos recapacitamos a la vez en lo que acababa de decir. Resultado: cada una en un sitio riéndose sin parar. Obviamente, no me quiso preguntar eso sino si las clavijas son todas las mismas. Pero ¡quééééééé pavo!
El resto de días de la semana fueron en casa haciendo el trabajo.
El miércoles hice mi primer examen, el de inglés y me fue bien.
El jueves, después del día aburrido en casa estudiando, Sara me sorprendió llegando con una hamburguesa del "Quick"... ¡fue la fiesta y lo mejor del día!
Por cierto, QUÉ CALOR. Lo digo desde la desesperación. ¡Era un calor húmedo con sol que no se podía soportar! Aquí en casa me veis con las ventanas medio echadas, abiertas, para que no entrara la flama e intentando hacer corriente como podía. Eso sí, funcionaba menos cuando había que cocinar, que entonces la cocina se convertía en un horno.
La foto que cuelgo a continuación es la barra de pan que se trajo Sara que digo yo, aquí hay un problema: o yo soy demasiado chica o es que la barra era demasiado grande, ¡juzguen ustedes! 



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