Por la tarde cuando me iba a duchar me pegué un pequeño susto: en la casa van a empezar a hacer obras así que a veces se oyen a los albañiles pero ese día estaba en las escaleras de al lado de mi habitación. Vamos... casi en mi puerta, el propietario (Abdulah, ¡te queremos!), su hermano (que es una fotocopia) y el perito comentando acaloradamente el precio de la obra. Había veces que elevaban bastante el tono, ¡estaban regateando! Era como estar en el Gran Bazar. Obviamente, esperé para ducharme ya que me sentía un poco violenta salir con mis pintas en medio de la discusión.
Illa, ¿qué ise? Er pisha! |
Pusieron las típicas pegatinas identificativas para que cada uno pusiera, en teoría, su nombre. Prácticamente todo el mundo puso apodos, frases... cualquier tontería. Yo me puse "Illa" (que los canadienses pronunciaban "iiiiila", imposible explicárselo) ya que a la gente le hace gracia que use esos términos tan sevillanos. Lo más gracioso fue cuando sin darnos cuenta nos juntamos otro sevillano que se llama Javier (con su etiqueta identificativa "Qué ise?") y Fernando el sanluqueño (con su etiqueta "Er pisha"). ¡Formamos una frase sin darnos cuenta! : Illa, ¿qué ise? ¡Er pisha! Vaya hartón de reír los tres.
Dani, Sara, Jorge, irlandés loco, Patri, Ivo, Bea, Javi, Ire, Pau. |
Como os lo podréis imaginar, nos hartamos de reír y nos lo pasamos genial, volviéndonos a altas horas, o tempranas horas del día siguiente, como suele pasar en Mordor...
Además, las fotos causaron furor días más tarde, con la broma ya me nombraron "La fotógrafa oficial en Mordor", ¡bien!
Martina, Federica, español, Fabio, Javier, Alessandra. |
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