miércoles, 28 de septiembre de 2011

Mardi: Jour de la Communauté Française.

El martes amanecí a la una y pico llena de energía y feliz y contenta porque llegaba ¡¡PAU!!
"Desayuné", cogí las bolsas de la ropa sucia y me fui a la lavandería pero... ¡¡NO!! La lavandería de debajo de casa está cerrada. Ya le pasó a Sara el domingo, intenté convencerme de que era porque era domingo... pero no. Así que me tuve que ir a otra que bueno, en vez de a un minuto está a diez, pero no es lo mismo. Ya en el camino me preguntaba cómo lo vamos a hacer cuando esté lloviendo y haga frío para que no se nos moje la ropa... Compraremos un carrito o algo así.
Llegué y en vez de con monedas directamente era con jetons, como si estuvieras jugando a un juego. En fin, entre que salí de casa, llevé la ropa, se lavó, la secadora y tal... se me hizo tardísimo. Volví a casa, me lavé el pelo (brillante que se quedó gracias a la cerveza), comí algo y salí porque había quedado con PAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU.
Quedamos en la Bourse y ahí estaba, con su rebeca nueva (bonitabonita) y al vernos corrimos en modo Sonrisas y lágrimas, nos faltaba que la gente de alrededor se pusiera a cantar y a bailar. Para los que no lo sepais, Pau está aquí haciendo la Erasmus práctica en el Parlamento Europeo. Casi "ná", ¿verdad...? En fin, dimos una vuelta, lo alimentamos un poco (también vinieron Maddi, Anna e Ire) y para casa que todos estábamos cansados. Así que muy bien, ya estamos los dos aquí.


Y volviendo a casa me ocurrió algo maravilloso. Como no llega la Carte d'étudiant con la que tenemos el descuento para el transporte público, nos estamos gastando todos una pasta en movernos. Así que, en los tranvías, algunos metros y autobuses, pasamos sin picar. También porque hay muy pocos revisores. Lo que pasa es que yo siempre me pongo con el bonobús en la mano por si vienen, picar corriendo. Pues bien, en los autobuses la gente lo que hace es meterse por la puerta de en medio o la de atrás para no pasar por al lado del conductor, que es más cantoso. Pero en mi barrio, cuando paran los autobuses, nunca te dejan. No sé si es que no se fían de los Schaerbeekienses o qué. En fin, me monto en el bus para volver y veo que la máquina está rota. Miro al conductor, o autobusero y me dice "Bah, tant pis...". Que los propios conductores pasen de que piques, es una alegría. Ahora, me hubiera gustado saber qué hubiera pasado si llega un revisor y le tengo que explicar que no he picado porque me lo ha dicho el autobusero... pero bueno.
Llegué a casa y estuve acompañando a Sara a que cenara mientras que yo bebía vasos y vasos de agua (me tomé unas frittes que me dejaron seca y llenísima). Revisé el horario para el día siguiente y oh, ¡sorpresa! Tenía a midi (12h) si iba a probar la clase de portugués así que... pourquoi pas?

1 comentario:

  1. Tu historia me recuerda al episodio "picad! picad!" en Nantes!!!!! XD

    Como foi a aula de português??? :D

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