domingo, 6 de noviembre de 2011

Mercredi: Ostend.

El miércoles hicimos una miniexcursión a Ostende: ¡bieeen!
Quedamos a las once en la Gare Centrale Pau, Maddi, Anna, Ire, Ivo y yo. Compramos los billetes y nos metimos en el tren dirección a Ostende (bueno mentira, dirección Brujas porque teníamos que hacer transbordo trenil pero es lo mismo...).
Tuvimos bastante suerte porque nos hizo un buen día para pasear por allí. Primero vimos la Catedral y paseamos un poco por la ciudad, donde deberían ser las fiestas o algo así porque estaba lleno de cacharritos. Fue bastante impactante ver la entrada de la Catedral cual Calle del Infierno en la Feria pero bueno, "coz this is Belgium!!".


A destacar que en la parte de atrás de la Catedral, como se puede ver en la foto, había una especie de "cacharritos" para hacer ejercicio sobre los que mis amigos se abalanzaron nada más verlos y estuvieron un rato jugando. Hay pruebas. Mi cámara tiene el poder. Pau, ¡como te pases conmigo subo tus fotos dando vueltas en el cacharro rojo!
Después de investigar un poco el pueblo, que estaba vacío (pensamos que estaría todo el mundo con resaca o algo así...) paseamos un poco por el paseo marítimo pero nos entró hambre... Sobretodo después de pasar por los puestos de pescados donde se compraban las "especialidades" de aquí que están muy "ricas" (y sí, mis comillas señalan la ironía).
Vamos a ver... momento "pescaíto frito": Pau y yo tenemos muchas ganas de pescaíto frito así que al ver que podíamos comer el pescaíto frito, tuvimos claro nuestra comida: comprar para los dos y compartir. Pues eso fue lo que hicimos. ¿Problemas? El primero: pedimos de tres tipos y vimos que los cogían y los calentaron en el microondas... ¡¡nouuuuuuuuuuuuuu!! WTF? El segundo: por el hambre y las ganas de pescaíto frito... al principio nos lo comimos y yo pensaba "no hombre, es diferente y ya está". Pero al final... no lo pudimos terminar. ¿Queréis saber dónde terminó el pescaíto que sobraba?
Pues así:


¡Como alimento para las gaviotas! Pero claro, pensamos que era algo bueno hasta que al darle el último trozo Pau me dijo "Tuca... date prisa, date prisa...". Teníamos enfrente el típico cartel enorme de "No dé alimentos a las gaviotas" pero que no habíamos visto hasta ese momento. Disimuladamente tiramos lo que quedaba y nos fuimos de allí.
Volvimos al pueblo a recoger al resto de humanos que no querían pescaíto frito (y que hicieron bien) y dimos realmente el típico paseo por el paseo marítimo, la playa y tal. Lo que tiene Ostende, vamos. Fue mucho más agradable que la otra vez que fui por el hecho de que no hacía tanto viento así que se podía pasear tranquilamente y no con miedo a despegar de un momento a otro.

A resaltar las ocurrencias de Ivo, El Sabio que entendía los carteles en flamenco echándoles sólo un vistazo. Pasamos por delante de uno y supo que era una manifestación nacionalista, cogió el periódico en flamenco y nos tradujo lo que decía un artículo porque le parecía que era eso... Lo peor es que lo era al final. Desde entonces es el gran (porque es grande) Ivo, el Sabio.

Después de dar el famoso paseo viendo a los famosos perros de Ostende (de que Pau se parara con casi todos) y de escoger al mayor personaje belga para que nos hiciera una foto, nos fuimos a la gare para regresar a casa. Pero el tren salía en una hora así que nos fuimos a un café a tomar un café/té/chocolat chaud mientras que espérabamos. Resultó que entramos en un café donde sólo había abuelas flamencas un poco siniestras. De hecho una estuvo hablando con Pau porque cogió una silla de su mesa y no sabemos aún si le bronqueó o no porque como del flamenco ni papa... por la mirada penamos que nos odiaban pero luego se nos acercaron y se rieron con nosotros, así que a saber.

Cogimos el tren que iba ya llenísimo así que acabamos entre dos vagones cuales polizones.

Al llegar a Bruselas, en vez de volver a casa, me fui para casa de Irene a pasar un rato y acabamos cenando allí Pau y yo tortilla de patatas y ¡ fueeeeeeeeeeet ! Sus padres han estado hace poco y le habían traído Fuet. Después vimos un ratito a Marco y a casa que, a pesar de ser la semana tampon de fiesta, yo tenía clase al día siguiente de 8h à 12h!

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