jueves, 15 de diciembre de 2011

Lundi: dernière semaine avant le retour pour Nöel.

Yo no sé si es porque es la última semana o qué, pero he pasado de tener morriña y querer volver a pensar "Pero si estoy muy cómoda aquí...".

El lunes experimenté lo raro que pueden llegar a ser los belgas: terminamos la clase de Grammaire comparée y la gente... aplaudió. Yo en medio con la cara de "¿Pero qué hacéis pelotas?" con Mirka pero después me enteré de que ¡es algo normal aquí! ¿En serio os imagináis que aplaudo a nuestros profesores cuando terminamos una asignatura con ellos? Sinceramente, pienso que la mayoría nos deberían aplaudir a nosotros por haber soportado los tostones que nos sueltan.

En fin, ahora os cuento la historia con un belguita con el que empecé a hablar la semana pasada porque se sienta con Akvile, una chica lituana muy simpática. El caso es que estamos en dos clases juntos, al igual que María, otra chica española. Y el chaval es simpático, además tiene una mezcla porque él es belga (bruseleñño) pero su madre es británica y su padre griego, así que su lengua materna es el inglés, pero el francés también por vivir aquí, el griego lo entiende (dejó de hablarlo cuando tenía unos 10años por lo que ha perdido la soltura), el flamenco lo estudia, y pasó un año en Dinamarco por lo que "algo" de danés sabe. "Ohh qué guay" pensaréis todos. Sí. Pues ya veréis.
El caso es que el lunes teníamos una reunión para los exámenes (ya que los erasmus somos unos sin papeles en la ULB, tenemos que hacer cosas raras a cada paso que damos y nos los tienen que explicar) y yo pensaba volverme a casa, comer, si me daba tiempo ir a la lavandería (que no me iba a dar tiempo) y volver a la universidad. En fin, me dí cuenta al contarle mi plan fugaz a María de que no me iba a dar tiempo, así que decidí quedarme con ella en la universidad comiendo para ir después a la reunión. Y el belguita este también se quedaba porque tenía clase a la misma hora que nosotras la reunión. Bien, yo estaba muy contenta porque por fin conocía a un belga francófono que se va a poner además en un grupo con nosotras y tal. Vale, pues al chaval le encanta la lingüística, TANTO TANTO que se pasó las dos horas de la comida hablando sobre la lingüística. TODOS LOS TEMAS los relacionaba con la lingüística. MADRE MÍA. Menos mal que en un momento me encontré a Gádor, una chica española, y me puse a hablar con ella para desconectar e hice el truco de ir al baño para huir. MADRE MÍA qué persona más cansina. El caso es que el chaval explicaba bien y tal pero mira... después de cuatro horas de clase, no me apetece tener dos más gratis. Porque además era él hablar y tú escuchar. ¡Déjame hablar! Cuando se fue me suelta María "uaala... sabe mucho, ¿no?" Y le contesté "Sí, demasiado, qué persona más cansina, ¡por dios!" Así que nos estuvimos riendo un rato.

Marché de Nöel, Anvers.

La reunión fue muy bien: se supone que al final íbamos a tomar un "verre de l'amitié" (supongo que vin chaud), pero una de las organizadoras no vino así que sólo estuvo una. Es una señora mayor, que podría ser la abuela de todos los erasmus perfectamente, y nos trata un poco como tal. Llevó no sé cuántas cajas de dulces típicos para ir comiendo todos en plan merienda, y fue muy muy amable y graciosa. Nos decía que si los profesores nos contestaban bordes a los emails por nuestros problemas al no estar en las listas y tal, que no les contestáramos, o que les intentáramos hacer calmar y que si no servía... que le reenviáramos a ella el email ¡¡que ella se encargaría de contestarles...!! ¡Qué risaa...! Tenía unos puntazos geniales.

Salí de la reunión con la sensación de haber encontrado a mi abuela belguita y me fui pitando para casa porque tenía que ir a la lavandería y pensé que iba a estar llenísima. Me equivoqué: vacía. Así que me puse a leer tranquilamente, mientras que esperaba a que se hiciera la colada.
Volví a casa... y llegó Sara al rato así que nos pusimos a cenar y a contarnos un poco la jornada.

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