miércoles, 14 de diciembre de 2011

Vendredi: Anvers.

El jueves decidimos que iríamos a pasar la mañana del viernes a Anvers, ya que Maddi no lo conocía y a mi me apetece ir en búsqueda de mercadillos navideños.
Nos montamos en el tren y como paraba con todos los pueblos belgas, tardamos bastante pero estábamos tan cómodas en el tren sentadas... que no nos importó. De hecho, nos agradó y mucho.
En Anvers llegamos y "OH DDIO!" hacía un frío bastante curioso, tan tan curioso que entramos en alguna tienda para disimular.
La ciudad estaba muy tranquila y como es tan bonita y hacía sol, se estaba muy bien con la excepción del viento que nos dejaba medio tontas.
Comimos en un sitio rodeadas de belgas flamencos que no hacían que hablar en flamenco (cuñaao). Cosa que me da coraje de aquí: las mesas para comer pegadas, que te puedes meter en la otra conversación o incluso probar un poco del plato del de al lado.
Después de comer y reposar, seguimos dando paseos por Anvers y fuimos al Marché de Nöel, que estaba medio cerrado y por lo que vimos, tenían hasta cosas para las mascotas pero sólo un puesto de cosas de Nöel (o bueno, puede que luego abrieran más).


Así que nos seguimos paseando hasta la gare, pasando por tiendas muy curiosas y calles bonitas. En una calle, nos paramos para hacernos la típica foto de la señal con el espejo para los coches y tras pasarnos no sé cuánto tiempo sin que nos saliera la foto y yo maldiciendo al coche que teníamos detrás aparcado, porque se cargaba todas las fotos... nos dimos cuenta de que dentro estaba el conductor "OH DDDIO". Nos fuimos de allí con un ataque de risa y sin mirar atrás.
Y para variar... el tren era de estos en los que el vagón tiene toda la fila de asientos mirándose, como si estuvieras en un salón, y nos entró un pavo bastante grande.
Llegamos a Bruselas y hacía "calorcito", comparado con Anvers...
Me fui para casa, estuve un rato, me duché, cené y salí hacia casa de Ire que habíamos quedado para ir a la fiesta de casa de Emil y Fabio. La fiesta era "Nuit elegante (ou pas)", ¡están piraos!
Su casa está por el bonito barrio de Saint-Gilles. Había mucha mucha gente, de hecho, abrieron la habitación de Fabio y pusieron la cama hacia la pared para que pareciera otro "salón". Pagamos tres euros y Fabio se encargaba de hacer cócteles, mientras que Emil se encargaba del resto. La verdad es que lo tenían bastante bien organizado, pero había muucha gente.
Estuvo bien pero me volví prontito con Anna y sus amigas italianas para coger el noctis y no dejarnos la beca en taxis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario