lunes, 19 de diciembre de 2011

Samedi: un peu plus de neige?

Si el viernes cerré la ventana blanquita por la nieve, el sábado abrí y había desaparecido. Fue como un sueño porque de hecho el cielo estaba de azul azul azul con un gran sol, ea, como si nada.
Desayuné y me puse a estudiar, porque además no se oía a Sara y no la quería molestar.
Así que nada, mañana de estudio, comí, Sara se fue al Carrefour, yo me duché y salí porque había quedado con Anna para ir a la tienda Côte d'Or del Sablon donde estaría Valérie repartiendo chocolate caliente gratis. Con lo que no contábamos fue con el pedazo de atasco sin razón que hubo, por lo que llegamos bastante tarde y no había chocolate gratis y Valérie se había ido ya. Así que en vez de eso, nos fuimos a Les gens que j'aime para tomarnos un té calentito.
Pasamos muy buen rato: es impresionante cómo ha mejorado Anna con el francés. Llegó titubeando cosas ¡y ahora puedes mantener una conversación con ella! Estuvimos hablando del primer cuatrimestre, de su nueva casa, de las vacaciones, de las despedidas... de todo un poco. Ella está viviendo ahora en un barrio un poco chungo con un casero que tiene 40años, es actor así en plan... hippie. Ah, y su casa se puede abrir sin llave dando un golpe a la puerta: de locos.
Cuando vimos que escampó un poco (cayó una lluvia curiosa y yo no llevaba paraguas) nos fuimos a por el autobús. Pasamos por la parte del mercadillo navideño para admirar al chaval de un puesto del que todas estamos enamoradas.
Ya en la parada del autobús, recibí un mensaje de Abdala para verlo a él y a Youness. Ahora comenzó mi indecisión: eran 20h y habíamos quedado a 21h. Con suerte, me daba tiempo a llegar a casa, coger el paraguas y volver al centro. Pero también era bastante estúpido, podía quedarme por el centro o irme a la Gare Centrale a esperar... Al final decidí, casi cuando se iba el autobús en montarme. Durante el recorrido, casi me paro en alguna parada para coger dirección contraria, porque dejó de llover pero... resistí. Llegué a casa, cogí el paraguas (efectivamente, para nada porque no volvió a llover) y me volví al centro. Y sí, llegué la primera e incluso tuve que esperar porque el tren de Youness llegó con retraso y Abdala también por el autobús.
Una vez juntos los tres en plan reecuentro bonito y tal, pensamos en un bar donde poder ir y... en comer. Porque el inteligente de Abdala ya había cenado, pero Youness y yo teníamos hambre así que nos compramos unas frites que nos comimos en la Bourse. Entramos en el Metteko, y estando allí llegaron tres amigos de Abdala teeeeeeeeela de simpáticos. Eran dos chicas griegas y un chaval mitad inglés mitad griego. Ah, y también estuvo un rato el compañero de piso del año pasado de Youness, con el que tiene muy buena relación.
Y estando en el Metteko... il neeeeeeeeeeeeeeige!! Comenzó a nevar pero de una forma un tanto extraña porque se convirtió en granizo... En fin, fue muy poquito pero algo es algo.


Del Metteko, donde estuvimos medio viendo el partido del Sevilla-Madrid retransmitido (oh mon dieu, qué paliza), nos fuimos al Zebra, un bar muy guay que no conocía que le encanta a Abdala porque hay piruletas gratis. ¡No sé cuántas se tomó!
Y nada, nos cogimos el último autobús para volver a casita. Fue una buena noche de reencuentros.

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