miércoles, 14 de diciembre de 2011

Samedi: Bruxelles, ma belle.

El sábado fue un día para disfrutar de Bruselas.
Me desperté, recogí y comí. Sara invitó a una amiga suya a comer para quedarse a estudiar francés con ella y resultó ser la típica persona a la que calificaríamos de "humana". Una mujer de Eritrea separada con sus hijos estudiando en Inglaterra y su marido en Kenya. Está aquí, no sabemos muy bien porqué, pero se ve que se está moviendo para abrir una ONG de mujeres. Ya le he dicho a Sara que como lo haga, que me avise y nos metemos por ahí. Es la típica persona a la que ves y le notas un halo de energía positiva a su alrededor. La verdad es que me dio pena tener que irme porque me hubiera gustado quedarme para conocerla más pero bueno, volveremos a vernos.
Así que tras una pasta al pesto, fui con Maddi al centro. Hizo un día muy bonito así que aprovechamos para ir dando un paseo.
Nada más llegar, buscamos tres paredes pintadas con bandes dessinées (¿banda desinada? Os prometo que no me sale el mot en español). Buscamos una muy típica belga, la pared con John Lennon, Bob Dylan... y la de Astérix y Obélix, que no encontramos.


La foto con John fue bastante graciosa porque Maddi estaba en la otra acera (calle estrecha, coches que pasan). Y en una prueba, un coche se quedó esperando a que me hiciera la foto para que no pasaran los de detrás y no nos molestaran. ¡Si es que estos belguitas...!
Buscando esa pared, nos topamos con una exposición de artistas que llevaban sus productos para vender y tenían cosas muy curiosas y bonitas. Había un cuento para niños sobre... ¡Los Speculoos! (Mi gran vicio). Estuve a punto de comprármelo pero al final lo dejé y me quedé con una postal que se podía coger gratis muy bonita.
También encontramos la Église du Bon Secours, que es muy pequeñita pero muy bonita. Vimos que más tarde había un recital de villancicos con acompañamiento de piano, y de hecho vimos al "tenor" o "cantante" ensayar. Decidimos volver para verlo, ya que tenía muy buena pinta. El problema fue que llegamos un rato antes, entramos... no había nadie. Y dentro, nos dimos cuenta de que teníamos que pagar 15euros de entrada, así que dejamos al recital de villancicos sólo.
En vez de ello, pasamos otro rato en la Grand Place, que está muy bonita y con las luces y la música, más aún. En estos días cuando entras en ella es como si entraras en el universo de la Navidad ya que, no sé si es por el ambiente o qué pero todo el mundo sonríe allí.
Decidimos no quedarnos para todo el espectáculo ya que no estábamos quedando un poco pajarito, así que nos fuimos a por el tranvía. Pasamos por el Mont des Arts y como están con el EuropaBrazil o com se llame, estaban superambientados con la música. Eso es lo bueno de Bruselas, que en cada esquina hay algo...


¡Ah! Por cierto, también fuimos al Marché de Nöel por donde casi no se podía andar de la cantidad de gente que había. Había hasta tapones tipo Semana Santa y ... NO ENTIENDO LOS MARCHÉS DE NÖEL SIN NINGÚN PUESTO CON COSAS DE NÖEL. En serio... ¿por qué? Iba yo ilusionada para buscar algo para mi sapin de Nöel de Sevilla y me volví con las manos vacías porque ¡no había nada! El marché es muy bonito pero se resume en: puestos del festival de las naciones + puestos de comida del festival de las naciones. Sí que había el típico puesto con vin chaud y tal... pero tampoco tanto. Hay más cosas de Navidad en la parte de la Bourse, porque en la de Ste Cathérine es lo que ya he comentado antes, pero bueno, sigue siendo bonito.
Esperando a nuestro querido nonante-deux, llegaron unos italianos. No sé que les pasa a los italianos pero cuando se ven, empiezan a hablarse aunque no se conozca (¿Hacemos lo mismo los españoles...?). El caso es que había un italiano que era Glen Hansard. Estoy segura de que era su hermano gemelo italiano que está frustrado y al que nunca conocerá. ¡¡Era igualito!!
Llegué a casa y me puse a ver el partido del Barça-mierdiz con Sara. Se supone que después iba a ir o con Dani a casa de no sé quién, o a casa del sanluqueño que había preparado no sé qué... o con Irene y los españoles a otro lado. Peero... no contaba con mi sentimiento casero+pereza. Nos pusimos a ver el partido hechas una bola en la cama de Sara y, sinceramente, digamos que el final no lo recuerdo con claridad. Vamos... que acabó el partido y me fui como un zombie a mi cama a dormir.

Pero me gustó mucho el día, fue de estos que hacen que me guste más si cabe Bruselas.

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