miércoles, 21 de marzo de 2012

Dimanche: ná de ná.


Y efectivamente, pretendía despertarme temprano. Cuál fue mi sorpresa cuando oí un ruido por la mañana y en vez de seguir durmiendo, me da por mirar el reloj: la una de la tarde. P.E.R.F.E.C.T.O.
Bueno, eso quiere decir que mi cuerpo lo necesitaba, ¿no? Porque tampoco me acosté muy tarde el sábado...


Fue día de hacer cosas para la uni, porque iba a ir a la feria de las manualidades, por llamarla de alguna forma, pero me quedé. Quería haber ido por la mañana a Botanique dando un paseo y para quedarme leyendo un rato pero viendo la hora a la que me desperté y que a la hora se puso a granizar... como que no.
Por la noche, a Sara y a mi nos entró un pavo enorme poniendo canciones, medio bailando, haciendo el tonto... Si es que a veces nos juntamos y ¡no se sabe lo que puede salir...!

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