lunes, 5 de marzo de 2012

Vendredi: día entero de trabajo.

El viernes llegué al trabajo por la mañana y Lisette, la suiza, me había dejado un cómic en español sobre cómo funcional el Parlamento Europeo a partir de una historia ficticia, qué detalle nada más empezar, ¿no? 
Es muy graciosa: tendrá los cincuenta y pico, o al menos eso aparenta..., y de vez en cuando suelta comentarios sobre lo que está haciendo, o gritos... o dijo "Tengo hambre" y al momento se preparó un desayuno con yogur, cereales... como por su casa.
Wimm (o como se escriba) el belga, es muy gracioso. Es flamenco, como todos los belgas que conozco (los francófonos son un poco reveníos) y de vez en cuando se levanta, da una vuelta, cuenta algo gracioso... es como el payaso de la oficina.
Daniel, el portugués, hace una semana y poco que ha llegado a Bruselas por lo que aún se le nota tímido, que no se ha soltado del todo, pero también suelta cosas buenas.
Anne es alemana y bueno, por ahora bien, aunque tiene el típico acento hablando inglés de película y te la imaginas enfadada muy fácilmente por tanta cara buena que pone. (Mala espina, se llama eso).


En fin, teclea que te teclea hasta la hora de la comida, que bajamos Sara y yo al Ekki, una cadena de comida "bio" y "sana" cara pero que está justo debajo y Sara tenía una sopa gratis. Subimos y comimos con el pourtugueshh que por cierto habla español porque estuvo un año en Bilbao.


Por la tarde teclea que te teclea hasta el final...
Por cierto, no he contado cómo es la oficina: entras en un edificio un poco feo lleno de oficinas y está en la última planta. Parece un salón de casa por la decoración con muchos potos, ventanas, una terracita, típicos posters de ONG (es decir, de animalitos y paisajes...) y tiene unas escaleras dentro de la "habitación" donde subes y tienes la parte donde se pueden hacer reuniones o comer. Están todas las mesas en la misma sala, excepto la de Anne. Tiene un pequeño fregadero con una pequeña vajilla... Muy acogedora, encima al ser buhardilla se nota el techo, aunque es alto (para tener la mezzanine...). Algún día le haré alguna foto pero ahora mismo NO. No creo que quede muy bien empezar a trabajar y llegar al día siguiente con la cámara de fotos cual posesa.


Salí del trabajo y me pasé por el Carrefour para comprar algo de comer. Sara me llamó cuando salió del trabajo y quedamos en ir a cenar a una pizzería turca del barrio. La señora de la casa (no nos sabemos su nombre: ¡¡terrible!!) nos recomendó una así que bajamos a preguntar a los que estaban por la casa a qué pizzería suelen ir y para allá que nos fuimos. Te sientes un poco en Turquía a veces, sobretodo allí rodeadas de turcos, bebiendo Ayran como allí (yogur natural sin azucarar líquido) y con las pizzas turcas, ¡qué rico!


Volvimos a casa cuales bolas de pinball para tomarnos un té para ayudar a bajar la cena, a lo que siguió el tumbarnos en la cama para ayudar al cuerpo. Vale, soy una exagerada pero entre lo cansada que estábamos, el pavo que nos entró con el viaje a Marruecos de Sara y la comilona, no podíamos hacer otra cosa.

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