sábado, 31 de marzo de 2012

Samedi: de turismo!

Nos despertamos (bueno, me desperté yo) y comenzó el turno de las duchas. Rocío la remolona se levantó la última e Inma pasó de estar medio dormida a abrir la puerta, saltar y exclamar "¡¡Que estamos en otro país, que esto no es Sevilla!!". Desayunamos de las cosas que les compré y salimos en dirección al ... ¡Atomium! La primera vez en el año que iba. Estaba, por supuesto, plagado de guiris y de españoles pero bueno, estuvimos un rato por allí. Hacía muy buen día y estaban montando una especie de feria, parecía la feria alternativa o algo así. 
Cuando acabamos de hacernos todas las fotos del mundo con diferentes poses, volvimos a coger el tranvía (más largo pero más bonito) hasta llegar al Palacio Real. Fuimos dando un paseo hasta el Mont des Arts desde donde bajamos para ir a la Plaza Ágora, las Galerías de la Reina y atravesarlas hasta llegar a La Mort Subite para tomar algo antes de comer. A todo esto, muchas pausas para fotos, para coger fuerzas de tanto reírnos y para decir ocurrencias, como siempre pasa con estas dos. Tomamos una cerveza con una tapa (bueno "tapa", plato más bien) de queso. Decidimos comer en Chez Léon unas moules gratinadas, frites y carbonade compartiendo platos, cosa que parecía que le molestaba al camarero...
Terminamos y nos fuimos a la Catedral, bajamos por la Pza España hasta la Grand Place y fuimos hacia el Manneken Pis. Y allí nos compramos un gofre para tomárnoslo sentadas en medio de la Grand Place. Llegó la tele grabando a los seguidores de un equipo de fútbol o algo así, y se pararon justo donde estábamos. ¿Conclusión? El cámara nos estuvo grabando mientras comíamos y gritamos con los hinchas. También se nos acercó un chaval de una despedida de soltero que era... ¡Tintín! Inma gritó "Tintííííííííín!" Y el chaval vino super contento.
Terminamos de comer, se terminaron las compras de souvenires y chocolates y fuimos a la Rue Neuve a ver algunas tiendas. Allí nos avisaron Pau e Ire que también estaban dando vueltas y nos fuimos al Metteko a tomar algo con ellos.



Llegamos a casa con el cansancio que empezó a salir en el autobús y nos fuimos duchando porque íbamos a volver al centro para ir a algunos bares. Pero, a medida que salíamos de la ducha nos apalancábamos más así que pasamos a decir que mejor nos quedábamos por el barrio a... quedarnos en casa.

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