El jueves quedé para comer con Ángel y Pilar por la Place du Luxembourg. Estuvimos en un italiano que, al salir me llevé un rato pensando porque me sonaba mucho, creo que ya estuve alguna vez allí.
Después me vine a casa, me puse a hacer cosas, me pasé por la resi de María para despedirnos, y seguí haciendo cosas hasta que por la noche quedé con Elise. No sé si lo he contado ya, pero a Elise la conocí en la puerta de la clase de portugués a la que nunca fui, Fue un día en que nos fuimos a buscar los horarios porque no coincidía con la realidad... etc y de tanto buscar nos caímos bien y nos intercambiamos números y tal.
Nos costó mucho coincidir pero ya nos vimos la semana pasada y ahora de nuevo. Quedamos para ir al Mme Moustache, que es un pub/discoteca muy guay de aquí donde ponían esa noche música swing. Pero antes de entrar, nos fuimos al Monk. Allí, como estaba todo tan lleno, nos sentamos "a la belga", es decir en una mesa ya ocupada pero a un lado. Empezamos hablando español, porque Elise estudia español, además estuvo de Erasmus en Granada, y también ha estado en Nicaragua por lo que hacemos mitad francés mitad español (tiene un acento superbonito con la mezcla flamenca/de Nicaragua/de Granada). El caso es que estábamos en nuestro momento de español, y en la mesa que estábamos ocupando había un chaval esperando, y llegó la chica. De pronto, la chica se gira y... "ops" era una amiga de Elise de Louvain, como ella pero que llevaban mucho tiempo intentando coincidir en Bruselas. Resulta que esta chica, Jana (pero se pronuncia Yana), estuvo de Erasmus también en España, en Salamanca. Y coincidencia que también venían al Mme Moustache, así que nos juntamos con ellos.
Y en el Mme Moustache estaban los de la organización que nos hicieron la foto esa tan ridícula pero graciosa a Fred, a Maddi y a mi. Esta vez, teníamos una mini magdalena gratis y ¡¡un bigote!! Sí señor, como estábamos en Mme Moustache, pues bigote al canto.
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Jana, Elise y yo. |
Y como era música swing, había una pareja profesional bailando que empezaron una especie de tutorial para el resto. Pues sí, me véis ahí, en medio de todos los belguitas flamencos, porque estaba lleno de flamencos, "haciendo pasos" de swing. La verdad es que nos hartamos de reír. Allí, Jana y su amigo se encontraron a muchos más belguitas, todos flamencos por lo que hablábamos o en francés o en inglés.
Y hablando con Jana resulta que... ¡¡vive en Schaerbeek!! Y la chica es simpatiquísima y, aunque no se aprecie en la foto, es guapísima. Típica guiri que ves y dices "es que eres g-u-a-p-a".
En fin, con tanto flamenco, hubo un momento que estaba rodeada de no sé cuántos belgas hablando en flamenco. Había una chavala de Brujas que me contó que su padre y amigos, estaban hermanados al Sevilla desde el equipo de Brujas y que veían los partidos, celebraban las victorias e incluso han estado en Sevilla visitando y yendo a partidos. ¡La gente está muy loca!
Quedamos en volvernos juntas con el último autobús así que estuvimos un rato más en Mme Moustache haciendo el tonto y al rato nos fuimos todas.
En el autobús de vuelta, nos hartamos de reír y de contarnos cosas. Como, no es que vivamos en el mismo barrio, sino que de hecho a diez minutos andando la una de la otra, se bajó en la parada conmigo, fuimos hasta St Servais, le enseñé el Bar du Gaspil, ella me habló de la librería que hay allí al lado (¡se ve que hay un chaval que habla 8lenguas!) y me dijo que hay un salón del té muy guay también por aquí. En fin, la verdad es que estaba muy contenta porque me hizo mucha ilusión tener más confianza con Elise y conocer a Jana.
Quedamos en que nos veríamos en enero y me dijo que como estaremos estudiando y vivimos al lado, que podemos quedar para cenar y desconectar un poco. ¡Ayy, qué bien! Lo bueno de Elise y Jana también es que te sales un poco del ambiente Erasmus, y conoces a gente que son de aquí (bueno, del país) cosa que me hace mucha ilusión.
Elise me estuvo contando que los niños no creen en Père Nöel sino en San Nicolás, que es el que lleva los regalos. Y que el día de Navidad también tienen regalos pero como que saben que son los padres, los van dejando debajo del árbol y el día de Navidad se abren. Y... ¡atención! El día de Reyes, los niños van cantando villancicos de casa en casa pidiendo el aguinaldo, ¡el día de Reyes! Me llamó la atención que fuera justo ese día.
En fin, nos fuimos a casa esa noche con una sonrisa todas en la cara, me da la sensación.