lunes, 17 de octubre de 2011

Vendredi: Antojo de Piiizzzaaaaaaaa

El viernes nos despertamos cerca de las dos de la tarde, ¡sí señor! Teníamos bastante sueño los dos.
Ya era la típica hora en la que no puedes desayunar, pero tampoco te apetece hacer de comer porque estás medio dormido... pero tienes hambre. Y encima, me desperté con antojo de pizza.
Nos pusimos antes a buscar albergues, ya que esa noche llegaba Julio y con la gran vivacidad de amigos que tengo un poco estrechos intelectualmente y mentalmente para organizar cosas antes de irse de viaje... no tenían nada.
No encontramos, nos duchamos y nos fuimos a comer pizzaaaaaa. Nos fuimos al Pizza Hut, donde nos pedimos la más grande con más cosas. Obviamente, no nos la pudimos terminar, pero acabamos muy contentos y llenos.
Momento bastante gracioso cuando fui al baño, abrí la puerata y me veo a una señora sentada en una mesa, que parecía que estaba castigada o comiendo allí sola. Resulta que era la típica a la que había que dejarle dinero para ir al baño, pero daba MUCHO miedo. Además, con la voz tan aguda y bajita que tenía, parecía que se iba a morir de un momento a otro.
En fin, una vez llenos y contentos, quedamos con Maddi, Anna y unas amigas de Anna para ir al Parc del Cinquentenaire. Llegamos y al ratito empezó a atardecer (a las siete y algo ya atardece), y empezó a hacer bastante "fresquibiri".
Entretanto, seguíamos pensando qué hacer cuando Julio llegara esa noche, sin poder irse directamente a Lille y sin albergue... mandando sms con nuestro ya gran amigo Frederik, Santa Sara y etc.
De allí, Pedro se fue a la Gare Centrale ya que tuvo una sorpresa de última hora, y yo me fui con las italani a la friterie de al lado de la Bourse donde, obviamente no cené ya que unas horas antes me había zampado una pizza enorme y no tenía nada de hambre.
Y justo después, me llevaron a lo que se ha convertido en nuestro petit coin en Bruselas. Es un bar bohème especialista en vinos. Entras y es un local muy pequeño, estrecho, con la luz tenue y muy recargado de decoración. La decoración son libros antiguos que hay hasta en el techo, LPs, muebles antiguos... todo muy cochambroso. Las mesas están alrededor de sofás con unas pintas que parece que se van a deshacer. Pasas de una zona a otra por medio de una escalera muy estrecha y pasillos. Todo lleno de cuadros... y como música de fondo: Édith Piaf, Charles Aznavour, Jacques Brel...
Y... ¡adivinad! En los vasos en los que te sirven (nos pedimos un vin à la noisette, demasiado dulce para mi) pone el nombre del local (del que nunca me acuerdo y siempre le llamo Gaston le fou) y por detrás pone "Ne me quitte pas..." Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah ¡Un día me llevaré un vaso de allí!


Era como entrar en el bar de la nostagia, pero genial. Es perfecto para pasar una noche tranquila o una tarde de invierno... ¡qué agustito!

Todo iba bien hasta el momento de despedirme de ellas, e irnos Pedro y yo a buscar a Julio a la estación, que perdió el autobús porque había mucha gente y se tuvo que venir a Bruselas en taxi con un grupo de italianos. Nos fuimos andando hasta la Grand Place, ya que era lo único que Julio quería al volver a Bruselas, y nos fuimos a un albergue del que me había hablado nuestro gran salvador Frederik. Cuando llegamos la recepción estaba cerrada pero nos mandaron a uno al lado, justo al lado de mi casa los dos, y allí pasaron la noche.
Oh, volviendo del centro en autobús fue la primera vez que vi a los revisores belgas. Pero... ¡¡no me revisaron!! Eran unos cinco y se repartían: unos en la puerta para que nadie escapara, y otros dentro pidiendo los pases a las personas. Pero es que... ¡se lo pidieron a todo el mundo menos a mi! Me dio un coraje impresionante, en realidad un coraje falso, pero después de todo lo que había oído de los revisores... uhhh miedo... Van y pasan de mi. También puede ser porque me vieron con toda la cara de ansia, que parecía un perro de las películas americanas que llevan el periódico a sus dueños, pero yo en vez de periódico tenía el pase en la boca, lleno de baba...
En fin, volví a casa cansadíisima, me metí en la cama y, esta vez sí, me puse el despertador para ir al día siguiente a Brujas.

1 comentario:

  1. jajajaja el pase en la boca lleno de baba XD

    espero que se puede beber otra cosa que vino en este local porque me da muchas ganas ir a verlooooo !

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